RESUMEN:
«La conciencia es algo así como un juez de primera instancia (la última será Dios mismo), cuya misión es conocer la norma y aplicarla al caso concreto: no cambiar las leyes, ni sentenciar basándose en impresiones o en sentimientos, sino en normas objetivas»
TEXTUAL:
(...) mediante el dictamen de su conciencia, el hombre percibe y reconoce las prescripciones de la ley divina. [Catecismo de la Iglesia Católica, n.1776]
He subrayado estas últimas palabras porque expresan perfectamente en qué consiste el acto de la conciencia. La conciencia es algo así como un juez de primera instancia (la última será Dios mismo), cuya misión es conocer la norma y aplicarla al caso concreto: no cambiar las leyes, ni sentenciar basándose en impresiones o en sentimientos, sino en normas objetivas.
Por supuesto, como cualquier otro juez, la conciencia de vez en cuando dicta sentencias erróneas, que, a pesar de todo deben ejecutarse, con tal de que el error no sea culpable. Incluso puede enfermar o volverse loca; pero esto no significa que la ley moral haya dejado de ser el único camino objetivo para cumplir la voluntad de Dios.
Un juez ignorante, prevaricador o corrupto, que sentenciase según su estado de ánimo, que pusiese las leyes entre paréntesis y se fiara sólo de su visión de la vida o de sus intereses personales, sería una amenaza pública. Del mismo modo, una conciencia sin ciencia, deforme o enferma, puede llevar a cometer, incluso de buena fe, las mayores atrocidades.
-Pero vamos a ver, ¿mi conciencia es libre o no es libre?
-Que sí, Pepe: tu conciencia es libérrima y autónoma..., frente a los demás. Nadie debe ser obligado a actuar contra ella [CIC, n.1786]. Por tanto, no tengo el menor derecho a inculcarte la ley moral a martillazos ni a impedirte que vivas de acuerdo con lo que dicta tu conciencia. Pero esa libertad no nos exime de responsabilidad ante Dios. Tenemos el deber grave de formar al juez que llevamos dentro, evitando que juzgue con excesivo rigor o con blandura intolerante. Dios nos pedirá cuenta de esa tarea.
p.64, §5 ¿Formar mi conciencia, dice? No estoy de acuerdo. Eso de formar conciencias me suena a comida de coco.
FUENTE:
MONASTERIO, Enrique: Pensar por libre, Ed.Palabra, 1996 Madrid
FUENTE AMPLIADA:
MONASTERIO, Enrique: Pensar por libre Ed. Palabra, Madrid, 1996
CLAVES: Conciencia > Qué es > Como un juez que aplica la ley