RESUMEN:
Sin capacidad de verdad, no hay propiamente conciencia
TEXTUAL:
p.61 Con ello tocamos el punto verdaderamente crítico de la modernidad: el concepto de verdad ha sido prácticamente abandonado v sustituido por el de progreso. El progreso «es» la verdad. Mas con esta aparente elevación se desmiente y anula a sí mismo, pues cuando no hay dirección, la misma cosa puede ser tanto progreso como retroceso. La teoría de la relatividad formulada por Einstein concierne como tal al cosmos físico. Pero a mí me parece que también describe con acierto la situación del cosmos espiritual de nuestro tiempo. La teoría de la relatividad establece que no hay ningún sistema de referencia fijo. Es asunto nuestro considerar uno cualquiera como punto de referencia a partir del cual intentar medir la totalidad, pues sólo así podremos obtener resultados. Igual que elegimos uno podríamos elegir cualquier otro. Lo que se dice sobre el cosmos físico refleja también el segundo giro «copernicano» dado a nuestra relación fundamental con la realidad: la verdad, lo absoluto, el punto de referencia del pensamiento ha dejado de ser evidente. Por eso no hay ya -tampoco desde el punto de vista espiritual- ni arriba ni abajo. En un mundo sin puntos de medida fijos, no hay dirección. Lo que consideramos dirección no descansa en una medida verdadera, sino en una decisión nuestra y, en última instancia, en el punto de vista de la utilidad. En un contexto «relativista» así, la ética teleológica o consecuencialita se convierte en una ética nihilista, incluso cuando no lo percibe. Lo que en una cosmovisión como esa se llama «conciencia» es, si lo consideramos a fondo, un modo de disimular que no hay auténtica conciencia [cum-scientia], es decir, unidad de conocimiento y verdad. Cada cual se da sus propios criterios, y en la situación de relatividad general nadie puede ayudar a los demás, y menos aún darle instrucciones.
Entonces se percibe la enorme radicalidad de la actual disputa ética, cuyo centro es la conciencia. A mí me parece que el paralelismo más aproximado en la historia de las ideas es la controversia entre Sócrates y Platón, por un lado, y los sofistas, por otro, en la que se pone a prueba la resolución originaria de dos actitudes fundamentales la confianza en la capacidad de verdad del hombre y una visión del mundo en la que el hombre crea sus propios criterios.
FUENTE:
RATZINGER, Joseph: Verdad, valores y poder (Libro) , , Ed.Rialp, 2005 Madrid 61
FUENTE AMPLIADA:
RATZINGER, Joseph: Verdad, valores y poder Ed. Rialp, Madrid, 2005 (1993)
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