RESUMEN:
Uno podría elegir de tal manera que optimizara las consecuencias sólo si las variadas formas del bien (y las variadas concreciones de particulares formas del bien) constitutivas del bienestar humano fueran conmensurables de modo que hicieran posible la ponderación y la comparación de opciones de elección que el principio utilitarista requiere. Pero, como los críticos del utilitarismo han mostrado de forma concluyente, tal conmensurabilidad es una ilusión. Por eso, nadie puede decir plausiblemente, por ejemplo, que tanta amistad vale tanto conocimiento, o que la vida de este hombre vale menos (o más) que la vida de este otro, o que las vidas de otros dos, diez o diez mil.

TEXTUAL:
El «principio» constitutivo del utilitarismo no puede guiar racionalmente la elección y la acción, porque no consigue establecer una proposición coherente. Uno podría elegir de tal manera que optimizara las consecuencias sólo si las variadas formas del bien (y las variadas concreciones de particulares formas del bien) constitutivas del bienestar humano fueran conmensurables de modo que hicieran posible la ponderación y la comparación de opciones de elección que el principio utilitarista requiere. Pero, como los críticos del utilitarismo han mostrado de forma concluyente, tal conmensurabilidad es una ilusión. Por eso, nadie puede decir plausiblemente, por ejemplo, que tanta amistad vale tanto conocimiento, o que la vida de este hombre vale menos (o más) que la vida de este otro, o que las vidas de otros dos, diez o diez mil.

COMENTARIO:
Ojo, pero una vida y otra vida son bienes humanos iguales: ¿no se pueden medir?

FUENTE:
GEORGE, Robert: Para hacer mejores a los hombres (Libro) , , Ed.Ediciones Internacionales Universitarias, 2002 Madrid p. 89

FUENTE AMPLIADA:
GEORGE, Robert: Para hacer mejores a los hombres Ed. Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid, 2002 (1993)