RESUMEN:
La santidad grande está en las cosas pequeñas de cada día hasta el final de la vida
TEXTUAL:
p.178
Puesto que en boca de Jesús la expresión «los pequeños» constituye un título de honor de sus discípulos, o sea de los cristianos, resulta evidente que el culto a los santos no es un culto a los héroes; que la santidad se realiza justamente en el milagro de la paciencia y la bondad diarias y que esta «pequeñez» es a los ojos de Dios la verdadera grandeza. A los elementos fundamentales de mi teología espiritual pertenece un pensamiento, que me conmueve mucho, de un escritor medieval. Ese habla de los prodigios obrados por Moisés ante el faraón, que al principio podían ser imitados por sus magos, hasta que Moisés realizó un prodigio imposible para los magos, y así se vieron obligados a confesar: aquí está el dedo de Dios. La pregunta que los teólogos medievales se planteaban, siempre era la siguiente: ¿qué signo es aquél reservado sólo a Dios y que excluye todo engaño del demonio? La respuesta de este mismo escritor suena así: todos los milagros pueden ser engaño del demonio, pero sólo el milagro de toda una vida junto a Dios no es engañador.
[Entrevista hecha por Marina Ricci en mayo de 1989]
FUENTE:
RATZINGER, Joseph: Ser cristiano en la era neopagana (Libro) , , Ed.Encuentro, 1995 Madrid 178
FUENTE AMPLIADA:
RATZINGER, Joseph: Ser cristiano en la era neopagana Ed. Encuentro, Madrid, 1995 (1987)
CLAVES: Cristianismo > Santidad del cristiano > En la vida cotidiana