RESUMEN:
Hay que creer en Dios y sólo en Dios. La fe, paradójicamente, nos dice que hemos de ser mucho más incrédulos que los agnósticos, que muchas veces son tan supersticiosos
TEXTUAL:
p.16. §2 La fe, paradójicamente, nos dice que hemos de ser mucho más incrédulos que esos agnósticos. No habrá para ti otros dioses delante de mí, enseña la Sagrada Escritura [Ex. 20,3]. Hay que creer en Dios y sólo en Dios. Sólo el Señor es objeto de fe, de esperanza, de amor y de adoración. Creer «demasiado» (en demasiadas cosas) es tan ofensivo para Dios como abandonar la fe. Ser supersticioso por si acaso es tan tonto como no serlo porque trae mala suerte.
p.17, §5 (...) La fe contribuye muy eficazmente a conservar el equilibrio mental y a no perder el sentido común. Por el contrario, alejarse de Dios lleva con frecuencia a adoptar ritos, creencias, y manías (a lo mejor sólo son eso, manías), que en el mejor de los casos dan risa.
FUENTE:
MONASTERIO, Enrique: Pensar por libre, Ed.Palabra, 1996 Madrid 16
FUENTE AMPLIADA:
MONASTERIO, Enrique: Pensar por libre Ed. Palabra, Madrid, 1996
CLAVES: Fe > Superstición y fe