RESUMEN:
La holganza no se encuentra en las actividades de las virtudes prácticas, sino en la de las virtudes especulativas. Por la vida política, buscamos otra felicidad como diferente de la vida política. Esta es la felicidad contemplativa, a la que toda la vida política parece ordenada. En tanto que por la paz, que se constituye y conserva a través del ordenamiento de la vida política, se ofrece a los hombres la posibilidad de contemplar la verdad.

TEXTUAL:
X, 11, §1484.(...) Holganza que no se encuentra en las acciones de las virtudes prácticas, como son principalmente aquéllas que se apoyan en las acciones políticas, que se ordenan al bien común, que es el más divino; o en lo relativo a lo bélico, en lo cual se defiende el bien común mismo contra los enemigos. En estas actividades, no obstante, no tiene lugar la holganza.

Con relación a las actividades bélicas es, en primer lugar, completamente ostensible, pues nadie elige hacer la guerra o aprestarla sólo por guerrear, que sería llegar al descanso en lo bélico. Si en hacer la guerra pusiera alguno su fin, se seguiría que sería violento y homicida, en cuanto, aun a los amigos, convertiría en adversarios para poder pelear y matar.

En segundo lugar, es también claro que en las acciones políticas no existe el descanso, sino que más allá de la convivencia cívica desean los hombres adquirir otras cosas, como poderes y honores. O bien, según se mostró en el libro primero, como en las acciones políticas no está el último fin, es más apropiado que por la convivencia cívica alguien quiera adquirir la felicidad para sí y para otros. De tal modo que esta felicidad, que se pretende adquirir por la vida política, será algo distinto de la vida política misma. Luego, por la vida política, buscamos otra felicidad como diferente de la vida política. Esta es la felicidad contemplativa, a la que toda la vida política parece ordenada. En tanto que por la paz, que se constituye y conserva a través del ordenamiento de la vida política, se ofrece a los hombres la posibilidad de contemplar la verdad.

Luego, entre todas las acciones de las virtudes morales sobresalen las acciones políticas y bélicas, tanto por su belleza, porque son las más honorables, como por su grandeza, porque se refieren al bien más grande, que es el bien común. Como estas actividades no tienen en sí mismas el descanso, sino que son realizadas en razón del apetito de otro fin, y no son elegibles por sí mismas, en las acciones de las virtudes morales no habrá una perfecta felicidad.

EN CAMBIO, LA ACTIVIDAD INTELECTUAL QUE ES ESPECULATIVA PARECE DIFERIR DE LAS ACTIVIDADES MENCIONADAS SEGÚN EL MODO DE DEDICACIÓN, PUES EL HOMBRE DESCANSA EN ESTA OPERACIÓN POR LA OPERACIÓN MISMA, DE TAL MANERA QUE NO APETECE NINGÚN OTRO FIN FUERA DE ELLA, teniendo además esta actividad su propio deleite proveniente de ella misma, que incrementa dicha actividad. Así, es claro que, según esta actividad intelectual especulativa, es notorio que se da en el hombre todo lo que suele atribuirse a cualquier hombre dichoso: ser autosuficiente, holgar y no realizar actividades laborales. Esto lo dice en cuanto es posible al hombre que lleva una vida mortal, vida en la cual no pueden darse perfectamente tales condiciones.

FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco (Libro) , , Ed.EUNSA, 2001 Pamplona X, 11, §1484

FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco Ed. EUNSA, Pamplona, 3000 (2000)