RESUMEN:
El deleite perfecciona la operación al modo de la forma, y por qué no puede ser constante en esta vida mortal

TEXTUAL:
X, 6, §1448. Muestra de qué manera el deleite perfecciona la operación. El deleite no perfecciona la operación (por ejemplo, del sentido) del mismo modo que la perfecciona el objeto, que es lo sensible, y el principio activo que es el sentido, pues todos son ciertos bienes y la bondad se atribuye a la operación. Tampoco la salud es la causa de ser curado del mismo modo que es causa el médico, sino que LA SALUD LO ES AL MODO DE LA FORMA Y EL MÉDICO AL MODO DEL AGENTE. DE MANERA SIMILAR, EL DELEITE PERFECCIONA LA OPERACIÓN AL MODO DE LA FORMA, PUES EL DELEITE ES LA PERFECCIÓN MISMA DE LA OPERACIÓN. Pero el deleite perfecciona al sentido que está bien dispuesto al modo del agente, como lo que mueve a lo movido; y a lo sensible apropiado, como lo que mueve a lo no movido. La misma razón encontramos en torno al entendimiento.



X, 6, §1449. Muestra algo dicho. Primero, recuerda que es manifiesto que hay deleite según cada uno de los sentidos, pues decimos y experimentamos que la visión, por ejemplo, de bellas figuras es deleitable, o que la audición de suaves melodías también lo es.



X, 6, §1450. En segundo lugar, muestra otro punto ya dicho: la experiencia muestra que ver, oír y toda operación del sentido es muy deleitable cuando el sentido es poderosísimo, muy vigoroso en su virtud, y cuando opera con respecto al objeto más apropiado. Mientras permanezcan en tal disposición, tanto el objeto sensible como el animal dotado del sentido, permanecerá el deleite, como se ve en otros casos que, mientras permanece la misma disposición en el que obra y en el paciente o receptor, es necesario que permanezca el mismo efecto.



X, 6, §1451. En tercer lugar, muestra lo dicho, de qué modo el deleite perfecciona la operación. EL DELEITE PERFECCIONA LA OPERACIÓN NO EFICIENTE SINO FORMALMENTE. La perfección formal es de dos maneras. Una, es la perfección intrínseca que constituye la esencia de algo; y, otra, es la perfección que sobreviene a una realidad ya constituida en su especie.

Dice pues, primero, que el deleite perfecciona la operación, no como el hábito que hay en ella, no como la forma intrínseca que es la esencia de la cosa, sino como cierto fin, cierta perfección que le sobreviene; como la belleza sobreviene a los jóvenes, no como parte de la esencia de la juventud, sino como consecuente con la buena disposición de las causas de la juventud. De manera similar, el deleite sigue a la buena disposición de las causas de la operación.

FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco (Libro) , , Ed.EUNSA, 2001 Pamplona X, 6,

FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco Ed. EUNSA, Pamplona, 3000 (2000)