RESUMEN:
El fin último de todo lo creado es Dios mismo, por lo tanto, no se puede decir que el fin de la creación sea la misma creación.
TEXTUAL:
En cambio está lo que se dice en Prov 16,4: Para sí mismo lo ha hecho todo el Señor. Pero Dios está fuera de todo orden del universo. Por lo tanto, el fin de las cosas es un bien extrínseco a ellas.
Solución. Hay que decir: Porque el fin responde al principio, no se puede ignorar cuál es el fin de las cosas, conocido su principio. Así, pues, al ser el principio de las cosas extrínseco a todo el universo, es decir, Dios, como quedó demostrado (q.44 a.1), necesariamente el fin de las mismas cosas ha de ser también algún bien extrínseco a ellas. [en ob.1 de este mismo artículo comienza diciendo que El fin del gobierno de una cosa es aquello a lo que conduce el que la gobierna]
Razonémoslo. Es evidente que el bien tiene carácter de fin. Vemos que el fin particular de cada cosa es un bien particular, y también que el fin universal de todas las cosas es un bien universal. El bien universal`` es aquel que, en cuanto tal, es bien. Equivale a decir que esencialmente es bien o es la esencia de la bondad. El bien particular es aquel que es bien por participación. Por lo demás, es evidente que, en todo el conjunto de las criaturas, ninguna es buena a no ser que lo sea por participación. Por lo tanto, el bien que es fin de todo el universo, por necesidad ha de estar fuera del mismo universo.
COMENTARIO:
Sin referencia a Dios nada es bueno; tendría un poquito de bien; serían como restos de un naufragio: las cajas, las maderas, las cuerdas tendrían algún interés, pero para fines particulares muy relativos, pero desligados por completo del fin para el cual la nave fue construida.
FUENTE:
Tomás de Aquino: Suma Teologica, I [trad. BAC Maior, 2001] q.103, a.2, s.
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología, Parte Primera Ed. BAC, Madrid, 2001 (1273)
CLAVES: Fin último de todo lo creado > Es Dios mismo