RESUMEN:
Por la caridad el hombre se dispone debidamente hacia su fin último. Pero la caridad no es cualquier amor a Dios, sino aquél que le ama como objeto de la bienaventuranza, que sólo se anticipa por la fe y la caridad.
TEXTUAL:
Ob1. La caridad es amor de Dios. Pero nosotros podemos amar a Dios naturalmente, incluso sin tener fe o esperanza, luego la caridad puede existir sin la fe y la esperanza.
Respuesta a las objeciones: 1. A la primera hay que decir: La caridad no es un amor cualquiera de Dios, sino un amor de Dios por el que se le ama como objeto de bienaventuranza, a lo que nos ordenamos por la fe y la esperanza.
FUENTE:
Suma Teologica, I-II q.65, a.5, ob1 y ad1
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología, I-II Ed. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1989
CLAVES: Fin último del hombre > Caridad como virtud del fin último > Diferencia con el amor natural a Dios