RESUMEN:
«Como el alma está naturalmente unida al cuerpo, (...) experimenta el deseo natural de esta unión al cuerpo. Por consiguiente, no podría haber un reposo perfecto de la voluntad, a menos que el alma no se uniera nuevamente a su cuerpo, lo cual no es otra cosa que la resurrección del hombre de la muerte»
TEXTUAL:
CAPITULO 151 De qué modo se requiere, para la perfecta bienaventuranza de la criatura racional, que su alma se una de nuevo a su cuerpo
§300. No puede haber inmovilidad completa de la voluntad sin la satisfacción total de los deseos naturales. Las cosas destinadas a estar unidas según su naturaleza, aspiran naturalmente a esta unión, porque cada cosa apetece aquello que le conviene según su naturaleza. Como el alma está naturalmente unida al cuerpo, como antes se mostró (cap. 85), experimenta el deseo natural de esta unión al cuerpo. Por consiguiente, no podría haber un reposo perfecto de la voluntad, a menos que el alma no se uniera nuevamente a su cuerpo, lo cual no es otra cosa que la resurrección del hombre de la muerte [hay que matizar que la resurrección es propiamente de la carne, porque el alma es inmortal, de ahí que luego en Trento se prefiriera hablar de "resurrectionem carnis", en lugar de decir "resurgere hominem a morte", como hace aquí Sto. Tomás].
FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Compendio de Teología (Libro) , , Ed.Rialp, 1980 Madrid Libro I: [Sobre la Fe]; Parte I: [Sobre Dios uno y Trino]; Tratado III: [Sobre las obras de Dios], Secc.2ª [Sobre el gobierno del mundo]
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Compendio de Teología Ed. Rialp, Madrid, 1980 (1269)
CLAVES: Fin último del hombre > Resurrección de la carne > Razones que la avalan