RESUMEN:
1. El concepto de persona se ha desarrollado en el seno de la fe cristiana a partir del encuentro con el Dios personal. En contraste con la mentalidad budista (donde la religión enseña caminos para superar el mundo, que es fuente de sufrimiento) o hinduista (donde la religión consiste precisamente en negar la individuación de la personalidad para volver al todo) el cristianismo enseña el valor de la personalidad como fundamento de derechos inviolables
TEXTUAL:
p. 26 [Prólogo a la nueva edición del año 2000] Que Dios es persona, naturalmente no lo dice la Biblia con este concepto, sino dando un nombre a Dios. Decir nombre es decir posibilidad de ser llamado, capacidad de hablar, de oír, de responder.
27 ¿Pero qué se quiere decir en verdad con nombre de Dios, con su persona? Justamente esto, que no sólo podemos experimentarlo por encima de toda experiencia, sino que él mismo puede exteriorizarse, puede comunicarse. Donde, como en el budismo, se concibe a Dios de forma totalmente impersonal, como el puro no respecto a todo lo que se nos aparece realmente, ahí no existe ninguna relación positiva «de Dios» con el mundo. De lo que se trata entonces es de superar el mundo como fuente del sufrimiento, pero no de configurarlo. La religión enseña entonces caminos para superar el mundo, para liberarse del peso de su apariencia, pero no nos da ninguna orientación sobre cómo podemos vivir en el mundo, no nos enseña ninguna forma de responsabilidad común dentro de él. En el hinduismo, el tema se plantea con matices algo diferentes. Lo esencial es la experiencia de la identidad: en el fondo de mi ser soy uno con el fundamento escondido de la realidad -el conocido tat tvam asi de los Upanishads-. La redención consiste en la liberación de la individuación, de la persona, en la superación de la diferencia frente a todos los seres que se asienta en la persona: es preciso eliminar la decepción del yo respecto a sí mismo. Los problemas que plantea esta concepción del ser se han experimentado con gran intensidad en el neohinduismo. Donde no existe la unicidad de la persona, es imposible fundamentar la dignidad inviolable de la persona individual. Para las reformas que estaban en marcha (abrogación de las leyes de castas, quema de las viudas, etc.) era necesario distanciarse de esta concepción fundamental e introducir en la estructura general del pensamiento indio el concepto de persona, tal como ha evolucionado en la fe cristiana a partir del encuentro con el Dios personal. La búsqueda de la recta «praxis», del recto actuar, ha comenzado aquí a corregir a la «teoría»: hay que ser capaces de ver con miras algo más amplias lo «práctica» que es la fe cristiana en Dios y lo poco relevantes que son algunos factores diferenciales aparentemente tan decisivos
FUENTE:
RATZINGER, Joseph: Introducción al cristianismo (Libro) , , Ed.Sígueme, 2005 Salamanca 26, 27
FUENTE AMPLIADA:
RATZINGER, Joseph: Introducción al cristianismo Ed. Sígueme, Salamanca, 2005 (1968)
CLAVES: Persona > Raíz cristiana del concepto