RESUMEN:
Interpretación de Sto. Tomás de las obras `vivas` y `muertas` referidas en la Biblia.
TEXTUAL:
¿Son vivificadas por la penitencia ulterior también las obras muertas?
Solución. Hay que decir. Una obra puede decirse que está muerta en dos sentidos. Uno, de modo efectivo, porque causa la muerte. Y, en este sentido, las obras del pecado se dice que están muertas, según aquellas palabras de Heb 9,14: ?La sangre de Cristo limpiará nuestras conciencias de las obras muertas?. Así pues, las obras muertas no son vivificadas por la penitencia, sino más bien abolidas, según las palabras de Heb 6,1: ?Sin tocar de nuevo los temas fundamentales de la penitencia, hecha por las obras muerta?s.
Otro, de modo privativo, porque carece de vida espiritual, que proviene de la caridad, por la que el alma se une con Dios, de quien recibe la vida, como el cuerpo la recibe del alma. Y, en este sentido, se dice también que la fe sin caridad está muerta, según aquellas palabras de Sant 2,20: ?La fe sin obras está muerta?. Y, por la misma razón, todas las obras que son de suyo buenas, si se hacen sin caridad, se dice que son obras muertas, por no proceder del principio vital, lo mismo que si dijéramos que el sonido de la cítara es una voz muerta. Por tanto, la diferencia entre obras muertas y vivas viene establecida por comparación al principio de donde proceden. Ahora bien, las obras no pueden volver a proceder de nuevo de un principio, porque pasan y no pueden repetirse en su identidad numérica. Luego es imposible que las obras muertas se transformen en vivas por la penitencia.
FUENTE:
Suma Teologica, III parte q.89, a.6
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma Teologica III Ed. BAC, Madrid, 2002 (1223)
CLAVES: Justicia > Justicia divina > De las obras muertas