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Ley > Destinatarios > Propiamente sólo para seres libres

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RESUMEN:
Los seres irracionales no tienen más regla ni principio de operación que el que tienen impreso en su naturaleza, por lo que no pueden diponer de ella ni modificarla. Por eso no pueden ser nunca sujetos pasivos de otra ley que no sea la ley eterna. Sin embargo, los seres libres, por naturaleza, ASUMEN una ley que aceptan como principio y regla de sus operaciones. De ahí que en sentido propio sean los únicos sujetos de la ley



TEXTUAL:
Solución. Hay que decir: Las condiciones de la ley eterna, que es ley divina, son distintas de las de la ley humana. En efecto, la ley humana no se extiende más que a las criaturas racionales sometidas al hombre. Esto se debe a que la ley se propone dirigir los actos de quienes están sujetos al gobierno del legislador, por lo que nadie, estrictamente hablando, dicta una ley para sus propios actos. En cambio, toda la actividad desplegada en el uso de las cosas irracionales subordinadas al hombre se reduce a los actos con que el hombre mismo las mueve, ya que estas criaturas irracionales no obran guiadas por sí mismas, sino que son movidas por otro, como anteriormente se expuso (q.1 a.2). Por eso el hombre es incapaz de imponer leyes a los seres irracionales, por más que le estén sujetos. Puede, en cambio, poner leyes a los seres racionales que le están sometidos, imprimiendo en sus mentes, con un mandato o indicación cualquiera, una regla o principio de operación.

Ahora bien, así como el hombre, mediante una indicación, implanta en un súbdito un principio interior de acción, así Dios imprime en todas las cosas naturales los principios de las operaciones propias de cada una de acuerdo con aquello del salmo 148,6: Estableció un precepto que no pasará. Y por eso mismo todos los movimientos y acciones de toda la naturaleza están sujetos a la ley eterna. Y, en consecuencia, las criaturas irracionales caen bajo la ley eterna de otro modo, en cuanto son movidas por la divina providencia, y no porque capten intelectualmente el precepto divino como las criaturas racionales.



COMENTARIO:
Los seres irracionales no tienen más regla ni principio de operación que el que tienen impreso en su naturaleza, por lo que no pueden diponer de ella ni modificarla. Por eso no pueden ser nunca sujetos pasivos de otra ley que no sea la ley eterna. Sin embargo, los seres libres, por naturaleza, ASUMEN una ley que aceptan como principio y regla de sus operaciones. De ahí que en sentido propio sean los únicos sujetos de la ley



FUENTE:
Suma de Teología I-II q. 93, a.5, s.



FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología, I-II Ed. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1989



CLAVES: Ley > Destinatarios > Propiamente sólo para seres libres
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