RESUMEN:
la ley eterna es la propia razón divina, que es la medida de todo lo creado. Toda acción humana que no se adecué con su medida originaria resulta evidentemente «desmedida » y «desarreglada». De este modo Sto. Tomás introduce en la explicación del pecado la función de la razón humana, que, de modo participado, es la medida y la regla inmediata de la conducta y la garantía de que es humanizadora.
TEXTUAL:
Efectivamente, la ley eterna es la propia razón divina, que es la medida de todo lo creado. Toda acción humana que no se adecué con su medida originaria resulta evidentemente «desmedida » y «desarreglada». De este modo introduce en la explicación del pecado la función de la razón humana, que, de modo participado, es la medida y la regla inmediata de la conducta y la garantía de que es humanizadora. La razón humana debe garantizar el orden natural de la acción, teniendo como referencia y soporte la razón divina, o ley eterna.
FUENTE:
Introducción a las qq. 71 a 89 de uma Teologica, I-II, por Antonio SANCHIS-QUEVEDO, Y Esteban PÉREZ DELGADO
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología, Parte Primera Ed. BAC, Madrid, 2001 (1273)
CLAVES: Ley eterna > Teonomía participada