RESUMEN:
La voluntad que quiere el mal peca no en el acto de querer el mal ?que como tal no puede quererlo (pues sólo puede querer el bien inteligido). Pero peca en el momento en que consintió que la pasión interfiriera el juicio de la razón
TEXTUAL:
ARTÍCULO V En quinto lugar se pregunta si la voluntad es sujeto de virtud
2. Pero podría aducirse que la natural inclinación de la voluntad al bien es suficiente para su rectitud. Pues naturalmente deseamos el fin; por lo que no se requiere que sea rectificada por un hábito de virtud sobreañadido. Por el contrario, [el deseo de] la voluntad no es sólo del último fin, sino también de otros fines. Pero con respecto al apetito de otros fines, la voluntad no sólo puede comportarse rectamente sino también de un modo incorrecto. En efecto, los que son buenos se asignan para sí buenos fines; en cambio los malos, malos [fines], como se dice en Etica III: "Conforme a como cada uno es, tal le parece el fin". Por lo tanto, para la rectitud de la voluntad se requiere que haya en ella algún hábito de virtud que la perfeccione.
2. A LO SEGUNDO se ha de decir que la inclinación natural de la voluntad no es sólo hacia el fin último, sino hacia aquel bien que le es presentado por la razón. Pues el bien inteligido es el objeto de la voluntad, al que la voluntad se ordena naturalmente, como cualquier potencia a su objeto con tal que éste sea su bien propio, como antes se dijo. Sin embargo, alguien peca acerca de esto en cuanto el juicio de la razón es interferido por la pasión.
FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Cuestón disputada sobre la virtud (Libro) , , Ed.Eunsa, 08/2000 Pamplona V
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestón disputada sobre la virtud Ed. Eunsa, Pamplona, 2000
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