RESUMEN:
Así como la certeza de la perpetuidad de la gloria aumenta la dicha de los justos, así también la certeza de la perpetuidad del infierno, aumenta la tristeza de los condenados. Por eso el demonio intenta inducir a los hombres a pensar que si hay infierno, éste no será perpetuo, para que así pierdan el miedo al pecado.
TEXTUAL:
1. Pues se dice del Leviatán [cf. Job, XLI, 23], es decir, del demonio: "Juzgará que el abismo envejece"; lo cual explica Gregorio en el libro XXXIV de sus Morales: Juzga que el abismo envejece, aquel que piensa que algún día terminará el supremo castigo del infierno. Mas esto es falso. Luego, en el diablo cabe la opinión falsa o errónea.
1. A LO PRIMERO En efecto, así como la certeza de una gloria perpetua aumenta la dicha de los justos, así también la certeza de la perpetuidad de la desdicha, aumenta la tristeza de los condenados. Por lo que debe decirse que la idea según la cual "el diablo juzga que el abismo envejece" [que el infierno se acabará], como lo hace Gregorio en el lugar citado, procede de que el diablo tienta a los hombre de este mundo haciéndoles pensar que las penas del infierno terminarán, y así teman menos al pecado.
FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal (Libro) , , Ed.Eunsa, 1997 Pamplona q.16 [Sobre los demonios], a.6 [Si el intelecto del diablo, después de pecar, se haya oscurecido]
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal Ed. Eunsa, Pamplona, 1997 (1268)
CLAVES: Más allá > Infierno > Perpetuidad