RESUMEN:
SI NO SOMOS CAPACES DE QUERER EL BIEN PARA NOSOTROS MISMOS POR EL BUEN OBRAR, TAMPOCO PODEMOS QUERER EL BIEN PARA NUESTROS SEMEJANTES, PORQUE NO SABRÍAMOS EN QUÉ CONSISTIRÍA. SI UNO NO ES AMIGO DE SÍ MISMO
COMENTARIO:
La paz que tanto ansiamos en la sociedad actual será el fruto de la justicia, pero ésta no se lleva a cabo con la mera organización social, con independencia de la virtud moral de sus miembros. Semejante pretensión de fundamentar la paz social sobre la mera organización, nos la encontramos en el núcleo del pensamiento de Hobbes. Pero, no sólo en Hobbes, sino también en Rousseau; en Kant (recuérdese su famoso dictum: ?el problema de la constitución del Estado se puede solucionar incluso, por duro que suene, para un pueblo de diablos (con tal de que tengan cabeza)?; e, incluso, en el mismo Hegel. SI NO SOMOS CAPACES DE QUERER EL BIEN PARA NOSOTROS MISMOS POR EL BUEN OBRAR, TAMPOCO PODEMOS QUERER EL BIEN PARA NUESTROS SEMEJANTES, PORQUE NO SABRÍAMOS EN QUÉ CONSISTIRÍA. SI UNO NO ES AMIGO DE SÍ MISMO, TAMPOCO LO PODRÁ SER DE LOS DEMÁS. No en vano ya Aristóteles enseñaba que la amistad, en cuya virtud se configura después el concepto de comunidad, sólo se da donde hay virtud personal (la amistad no es tanto una virtud, como una consecuencia de la virtud, de saber querer el bien para uno mismo). Y es que todo acto de injusticia es un implícito no reconocimiento a los demás como nuestros iguales.
FUENTE:
RHONHEIMER, Martin: La perspectiva de la moral (Libro) , , Ed.Rialp, 2000 MADRID P. 261
FUENTE AMPLIADA:
RHONHEIMER, Martin: La perspectiva de la moral Ed. Rialp, MADRID, 2000
CLAVES: Moral > Centralidad de la virtud y de la persona