RESUMEN:
La desobediencia tiene un doble sentido: un sentido general, que es común a todo pecado, que consiste en apartarse de la ley de Dios (sin necesidad de que se haga despreciando formalmente sus preceptos), y como un pecado especial, entenido como un desprecio formal del mandato. En este segundo sentido la desobediencia es hija de la vanagloria (Ver Soberbia/Doble sentido/Vanagloria)
TEXTUAL:
2. El pecado general no debe derivarse de otro pecado. Pero la desobediencia es pecado general; pues dice Ambrosio que pecado es una trasgresión de la ley, y la desobediencia de los mandamientos del cielo. Luego, la desobediencia no debe considerarse hija de la vanagloria.
2. A LO SEGUNDO debe decirse que la desobediencia se considera hija de la vanagloria, en la medida que es un pecado especial; así, pues, LA DESOBEDIENCIA NO ES OTRA COSA QUE DESPRECIAR UN MANDATO. Pero la desobediencia, en cuanto que es un pecado general, significa un absoluto apartarse de los mandatos de Dios, que algunas veces se hace, no por desprecio, sino por debilidad o ignorancia, como dice Agustín en el libro Sobre la naturaleza y la gracia.
FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal (Libro) , , Ed.Eunsa, 1997 Pamplona q.9 [Sobre la vanagloria], a.2 [Hijas de la vanagloria]
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal Ed. Eunsa, Pamplona, 1997 (1268)
CLAVES: Obediencia > Desobediencia