RESUMEN:
Al pecado original se le puede llamar concupiscencia siempre y cuando se restrinja el significado de ésta al hábito natural por el cual las pasiones no se someten con facilidad a la razón.
TEXTUAL:
7. La concupiscencia designa un hábito o un acto. Pero si designa un acto, es un pecado actual, no original: y según que designa un hábito, no puede ser pecado original, puesto que el hábito adquirido en un hombre a partir de sus propios actos malos no es pecado, de lo contrario pecaría continuamente y desmerecería continuamente, y así con menor razón se denominará pecado la concupiscencia habitual causada en este hombre por un acto del primer padre. Luego, la concupiscencia no es pecado original de ningún modo.
A LO CUARTO [n. 7] Así, pues, la concupiscencia HABITUAL puede decirse de dos modos. De un modo, como alguna disposición o hábito que inclina a desear [contra la razón]: como cuando alguien por la frecuencia de su concupiscencia actual contrae el hábito de la concupiscencia; y de este modo, la concupiscencia no se dice pecado original. De otro modo, puede entenderse la concupiscencia habitual como la misma inclinación o disposición hacia el deseo [contrario a la razón], procedente del hecho de que el apetito concupiscible no está perfectamente sometido a la razón, al ser suprimido el freno de la justicia original; y de este modo, hablando materialmente, el pecado original es concupiscencia habitual.
FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal (Libro) , , Ed.Eunsa, 1997 Pamplona q.4 [Sobre el pecado original], a.2 [Qué es el pecado original]
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal Ed. Eunsa, Pamplona, 1997 (1268)
CLAVES: Pecado > Pecado original