RESUMEN:
«El protestantismo está como obsesionado por la amenaza del orgullo del hombre causado por sus obras. De ahí viene una separación radical entre el orden de la fe y el orden de las obras, entre el Evangelio y la Ley.»
TEXTUAL:
p.338, §.3 El pensamiento protestante está dominado por su concepción de la justificación: el hombre se justifica por la sola fe y no por las obras. Esta afirmación fundamental, totalmente centrada en la fe en Jesucristo, implica un rechazo sistemático de cualquier participación del hombre en la justificación por medio de sus obras, de sus méritos y, por consiguiente, la negación de un valor propio a los actos del hombre, incluso de aquellos realizados en conformidad con la ley moral, de los cuales podría gloriarse ante Dios. El protestantismo está como obsesionado por la amenaza del orgullo del hombre causado por sus obras. De ahí viene una separación radical entre el orden de la fe y el orden de las obras, entre el Evangelio y la Ley. El protestantismo manifiesta incluso una desconfianza Instintiva ante las obras conformes a la Ley porque fomentan y esconden mejor la hipocresía del fariseo.
FUENTE:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana, Ed.Eunsa, 2000 Pamplona Cap. XII La moral católica y la ética protestante
FUENTE AMPLIADA:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana Ed. Eunsa, Pamplona, 2000 (1985)
CLAVES: Protestantismo > Separación entre fe y obras