RESUMEN:
La prudencia no funciona con la sola razón, como el arte o la ciencia, sino que requiere la rectitud del apetito. La prudencia, a diferencia del arte o de la ciencia, no se olvida por falta de costumbre, pero se destruye cuando falta el apetito recto
TEXTUAL:
VI, 4 §837. (...) Como las partes del alma racional son dos: una llamada científica y la otra razonadora u opinativa, es manifiesto que la prudencia es virtud de la parte opinativa. Pues la opinión, al igual que la prudencia, versa sobre lo que puede ser de otra manera. Aunque la prudencia esté en esta parte de la razón [la opinativa] como en su sujeto, por eso, es llamada virtud intelectual; sin embargo, no funciona con la sola razón, como el arte o la ciencia, sino que requiere la rectitud del apetito. Cuyo signo es que EL HÁBITO QUE ESTÁ SÓLO EN LA RAZÓN PUEDE OLVIDARSE, COMO EL ARTE Y LA CIENCIA; A NO SER QUE SE TRATE DE UN HÁBITO NATURAL COMO EL INTELECTO. LA PRUDENCIA, EN CAMBIO, NO SE OLVIDA POR FALTA DE COSTUMBRE, PERO SE DESTRUYE CUANDO FALTA EL APETITO RECTO, que mientras permanece, hace que la razón continuamente se ejercite en lo que es propio de la prudencia, de tal manera que el olvido no puede deslizarse.
FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco (Libro) , , Ed.EUNSA, 2001 Pamplona VI, 4 §837
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco Ed. EUNSA, Pamplona, 3000 (2000)
CLAVES: Prudencia > Diferencia con las demás virtudes intelectuales > Relación con el conocimiento especulativo en general