RESUMEN:
La sabiduría es la consideración de las verdades más nobles, la prudencia versa sobre lo que está en nuestro poder hacer o no hacer para conseguir el fin.

TEXTUAL:
VI, 6, §849. Dice pues, primero, que la prudencia versa sobre los bienes humanos, y la sabiduría sobre lo que es mejor que el hombre. Por eso, los hombres dicen de Anaxágoras, de un filósofo de nombre Tales, y de otros semejantes, que son sabios, mas no prudentes, pues ven que ignoran lo que es útil para ellos y dicen que saben algo que es inútil y admirable, como un conocimiento que excede al común de los hombres, difícil, que necesita una diligente indagación, y divino en razón de la nobleza de su naturaleza.



Por eso, los hombres dicen que los sabios conocen lo inútil, porque no indagan acerca de los bienes humanos De ahí que tampoco los llamen prudentes, pues la prudencia versa sobre los bienes humanos acerca de los cuales cae la deliberación. Se considera que la operación principal de la prudencia es deliberar bien, mas nadie delibera sobre lo necesario, sobre lo que es imposible que sea de otra manera, como lo divino que lo sabios consideran. Tampoco puede haber deliberación de lo que no está ordenado a un fin o bien a realizar, de lo se ocupa la ciencia especulativa, aun si versa sobre realidades corruptibles. El que delibera bien, en sentido absoluto, y, en consecuencia, es prudente, es aquél que, razonando, puede conjeturar qué es lo mejor para el obrar humano.

FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco (Libro) , , Ed.EUNSA, 2001 Pamplona VI, 6, §849

FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco Ed. EUNSA, Pamplona, 3000 (2000)