RESUMEN:
La precipitación es explicada por Sto. Tomás por comparación con el movimiento de los cuerpos, que se precipitan desde lo alto y caen hasta lo más bajo reventándose por no haber pasado ordenadamente por los estados intermedios. Así el precipitado se `salta` la memoria de lo pasado, la inteligencia de lo presente, la sagacidad en las consideración del futuro, la hábil comparación de alternativas, y la docilidad para asentir a la opinión de los mayores.
TEXTUAL:
¿Es la precipitación pecado contenido en la imprudencia?
Solución. Hay que decir: En los actos del alma hay que entender la precipitación en sentido metafórico, por semejanza con el movimiento corporal. En éste decimos que una cosa se precipita cuando desciende de lo más alto a lo más bajo por el impulso del propio cuerpo o de algo que le impele sin pasar por los grados intermedios. Ahora bien, lo más elevado del alma es la razón, y lo más bajo, la operación ejercida por medio del cuerpo. Los grados intermedios por los cuales hay que descender son la memoria de lo pasado, la inteligencia de lo presente, la sagacidad en la consideración del futuro, la hábil comparación de alternativas, la docilidad para asentir a la opinión de los mayores. A través de estos pasos desciende ordenadamente el juicioso. Pero quien es llevado a obrar por el impulso de la voluntad o de la pasión, saltando todos esos grados, incurre en precipitación. Y dado que el desorden en el consejo es propio de la imprudencia, resulta evidente que bajo ella esté contenido también el vicio de la precipitación.
FUENTE:
Suma de Teología II-II q.53, a.3, s.
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología II-II (a) Ed. BAC, Madrid, 1995 (1271)
CLAVES: Prudencia > Vicios opuestos > Precipitación