RESUMEN:
Respecto de del bien moral como tal la voluntad del súbdito debe una libre adhesión; respecto del superior la voluntad está obligada por le hecho de que de él recibe la notificación de una regla. En el caso de la ley natural, concebida como la expresión de la ley a través de la razón práctica del hombre, la extensión del deber moral coincide con la de la obligación, y por eso es posible experimentar toda la vida moral en sentido religioso, como expresión del sometimiento a la voluntad de Dios. En este sentido todo acto de virtud puede ser vivido como obligatorio.

COMENTARIO:
No es lo mismo deber que obligación: La obligación es relativa al superior, preceptor o legislador, no al contenido del precepto o de la ley, al que es correlativo el deber moral. Respecto de del bien moral como tal la voluntad del súbdito debe una libre adhesión; respecto del superior la voluntad está obligada por le hecho de que de él recibe la notificación de una regla. En el caso de la ley natural, concebida como la expresión de la ley a través de la razón práctica del hombre, la extensión del deber moral coincide con la de la obligación, y por eso es posible experimentar toda la vida moral en sentido religioso, como expresión del sometimiento a la voluntad de Dios. En este sentido todo acto de virtud puede ser vivido como obligatorio.

Las virtudes hacen cumplir los deberes morales precisamente porque son deberes morales, es decir, bienes de tal naturaleza que merecen la libre adhesión de la voluntad racional. ?En la medida en que las virtudes crecen, radicándose en las facultades operativas, hacen disminuir las inclinaciones que se resisten al deber, y acrecientan el sentido del deber. El deber moral sólo es advertido plenamente por el virtuoso, que, precisamente, a causa de la virtud, siente que debe absolutamente realizar ciertas acciones de amistad, de piedad, de solidaridad, de valor, de castidad, de humildad, etc. Quien no posee aún las virtudes, no advierte propiamente el deber moral, sino a lo sumo, la obligación lega, y más todavía, la constricción. No ha desarrollado el conocimiento y el interés por el verdadero bien propio y de las demás personas; será tarea de la educación ayudarlo a desarrollar el sentido del deber, esto es, el conocimiento y el interés por la vida verdaderamente buena?. P.201.

FUENTE:
ABBA, Giuseppe: Felicidad, Vida Buena y Virtud (Libro) , , Ed.Eiunsa, 1992 Barcelona

FUENTE AMPLIADA:
ABBA, Giuseppe: Felicidad, Vida Buena y Virtud Ed. Eiunsa, Barcelona, 1992 (1989)