RESUMEN:
La razón práctica necesita del movimiento de la voluntad para ser operativa. La razón como tal NO APETECE nada, porque si no no podría albergar formas opuestas como de hecho sucede.
TEXTUAL:
Solución. Hay que decir: La ciencia de Dios es la causa de las cosas. Pues la ciencia de Dios es a las cosas creadas lo que la ciencia del artista a su obra. La ciencia del artista es causa de sus obras: y puesto que el artista realiza su obra porque le guía su pensamiento, es necesario que la forma del entendimiento sea principio de operación como el calor lo es de la calefacción. Pero hay que tener presente que la forma natural, en cuanto forma que permanece en aquello a lo que da existencia, no es principio de acción, sino que tiende al efecto. De manera parecida, la forma inteligible no es principio de acción en cuanto que está en el que conoce, a no ser que se le añada una tendencia al efecto, cosa que sucede por la voluntad. Como quiera que la forma inteligible puede representar cosas opuestas (pues el conocimiento de cosas opuestas es el mismo), no producirá un efecto determinado a no ser que estuviera determinado para ello por el apetito, como se dice en IX Metaphys.28 Es evidente que Dios causa las cosas por su conocer, pues su conocer es su ser. Por lo tanto, es necesario que su ciencia sea causa de las cosas, pues la tiene unida a la voluntad. De ahí que la ciencia de Dios, en cuanto causa de las cosas, suela ser llamada ciencia de aprobación.
En la q. 19.4. Ad.4 añade: También a nosotros [igual que a Dios] nos sucede que, en un mismo efecto, la causa está en la ciencia, que dirige y por la que se concibe la forma de la obra, y en la voluntad, que ordena. Porque la forma, que está sólo en el entendimiento, no se orienta a ser o no ser en el efecto más que por la voluntad. Por eso, el entendimiento especulativo no entra en el actuar. Sino que el poder es la causa ejecutora porque es el poder inmediato de la acción. Pues bien, todo esto en Dios es una sola realidad.
Y en q.19.5.s: escribe: `hay que tener presente que, como la voluntad sigue al entendimiento, sucede que del mismo modo [el entendimiento] causa el querer en quien quiere y el conocer en quien conoce`
Y en q.19, a.11,ad.1: La ciencia no es causa de lo que se hace; lo es por medio de la voluntad, pues si no lo queremos, no hacemos lo que sabemos. Así, a la ciencia no se le atribuye un signo como se le atribuye a la voluntad.
COMENTARIO:
La razón práctica necesita del movimiento de la voluntad para ser operativa. La razón como tal NO APETECE nada, porque si no no podría albergar formas opuestas como de hecho sucede.
FUENTE:
Tomás de Aquino: Suma Teologica, I, q. 14.a8 [trad. BAC Maior, 2001] q.14 a.8
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología, Parte Primera Ed. BAC, Madrid, 2001 (1273)
CLAVES: Razón práctica > Naturaleza de la razón práctica > Como tal no apetece