Skip to content

Razón práctica > Primer principio de la razón práctica > Fin último y principio de la razón práctica

Imagen de Unsplash

RESUMEN:
la racionalidad práctica, en última instancia, no necesita ser considerada como un medio de perfeccionamiento personal. No es éste su sentido último. Tampoco sus exigencias son puros imperativos categóricos; éstas adquieren fuerza práctica de una explicación más profunda: que tales exigencias son las necesarias para participar en el juego de Dios



TEXTUAL:
«Las exigencias de la racionalidad práctica (que generan nuestras obligaciones) tienen un ?objetivo? que las supera. Dicho objetivo es el juego de co-operar con Dios. En cuanto juego, esta co-operación no tiene otro objetivo ulterior, a no ser que prefiramos decir tal objetivo último es el mismo DIos. Sólo mediante la analogía con la amistad humana somos capaces de afirmar la verdad de las dos proposiciones anteriores , aunque en un sentido especial o restringido. Si sólo dijéramos que actuamos por amor a Dios, podríamos insinuar que Dios, de alguna manera, necesita de nosotros, necesita la creación, el éxito de la creación, el logro de la intención creadora. Pero Dios nada necesita, ni nada le falta. ¿Se ha revelado Dios como necesitando o carente de algo? Por tanto, si preguntamos por qué Dios crea, no tenemos otra respuesta disponible que la ofrecida implícitamente por Platón: el juego ?una libre pero armoniosa [patterned] expresión de vida y actividad, llena de significado [meaningful] pero sin ningún sentido ulterior (VER PROVERBIOS 8: 30-1). En definitiva, incluso quien pretenda llegar más lejos que Platón, para admitir que el hombre está llamado a una profunda amistad con Dios, tendrá que conceder que tal amistad asume el carácter de una participación, si bien limitada, en el juego divino». Finnis, 409,-2



»Por tanto, la racionalidad práctica, en última instancia, no necesita ser considerada como un medio de perfeccionamiento personal. No es éste su sentido último. Tampoco sus exigencias son puros imperativos categóricos; éstas adquieren fuerza práctica de una explicación más profunda: que tales exigencias son las necesarias para participar en el juego de Dios.



»El juego, además, ahora puede ser comprendido más adecuadamente. El juego se presenta como algo que contrasta con los negocios, con el trabajo, con las cosas serias de la vida. Pero, en el fondo, hay un juego que es lo único realmente serio. En este análisis final [del sentido del obrar del hombre], con el que buscamos una comprensión más allá de nuestros sentimientos, las ?cosas serias de la vida?, incluso las miserias atroces, son realmente serias en la medida en que contribuyen o son asumidas para que se juegue bien el juego del Dios que crea y promueve el bien humano». Finnis 410



FUENTE:
FINNIS, John: Aquinas (Libro) , , Ed.Oxford University Press, 1998 Oxford pp. 410



FUENTE AMPLIADA:
FINNIS, John: Aquinas Ed. Oxford University Press, Oxford, 1998



CLAVES: Razón práctica > Primer principio de la razón práctica > Fin último y principio de la razón práctica
Volver a la lista
About Us

Making the web a prettier place one template at a time! We make beautiful, quality, responsive Drupal & web templates!

Find out more
Contact Us

019223 8092344

info@themelize.me

Sunshine House, Sunville. SUN12 8LU.