RESUMEN:
Los seres humanos, en cambio, se rigen a sí mismo (y a otros); así que podemos decir que el hombre no sólo está sujeto a la providencia de Dios, sino que es realmente partícipe (particeps) de ella.
TEXTUAL:
«Sto. Tomás establece una clara distinción (que está presente a lo largo de toda su obra) entre la naturaleza inteligente de los seres humanos, y la naturaleza inteligible pero no inteligente de los animales, de los vegetales y del resto de la "naturaleza". Estas últimas participan "de algún modo" [per similitudinem] de la Ley Eterna porque ésta es la fuente última de todas sus tendencias (inclinationes) (que tienen y siguen un modelo inteligible). Los seres humanos, en cambio, se rigen a sí mismo (y a otros); así que podemos decir que el hombre no sólo está sujeto a la providencia de Dios, sino que es realmente partícipe (particeps) de ella. En suma, los animales (y el resto de la "creación inferior") no son sujetos de la ley natural. Y su naturaleza no es una base para deducir principios de la razonabilidad humana». Finnis, p.400 y 401.
FUENTE:
FINNIS, John: Aquinas (Libro) , , Ed.Oxford University Press, 1998 Oxford pp. 400 y 401
FUENTE AMPLIADA:
FINNIS, John: Aquinas Ed. Oxford University Press, Oxford, 1998
CLAVES: Razón práctica > Teonomía participada