RESUMEN:
El hombre se conformará a la voluntad divina no porque pueda y deba querer AQUELLO que Dios quiere en concreto (esto no lo puede saber un ser de naturaleza humana) sino en cuanto pueda y deba querer COMO Dios quiere, esto es, usando en el modo conveniente a la naturaleza humana todas las facultades humanas con las que ha sido dotado por el Creador.
TEXTUAL:
?Ante la cuestión de si la ley eterna regule o no la acción humana, Sto. Tomás responde que la ley eterna no la conocemos sino por el medio con que se nos manifiesta: y se manifiesta precisamente, antes que nada, en la constitución del hombre racional, partícipe con los límites de su naturaleza de una capacidad de legislación y de gobierno de las cosas que dependen de él. El hombre está, por lo tanto, confiado a sí mismo, pero por autorización y fundación divina. El hombre se conformará a la voluntad divina no porque pueda y deba querer AQUELLO que Dios quiere en concreto (esto no lo puede saber un ser de naturaleza humana) sino en cuanto pueda y deba querer COMO Dios quiere, esto es, usando en el modo conveniente a la naturaleza humana todas las facultades humanas con las que ha sido dotado por el Creador. (...) El hombre no sólo es principio de la acción recta en cuanto él la realiza libremente, sino también en el sentido de que él la construye, la inventa en función de la regulación que le es proporcionada por los hábitos virtuosos." Confirmar página si es la 223
FUENTE:
ABBA, Giuseppe: Lex et Virtus (Libro) , , Ed.LAS, 1983 Roma 223
FUENTE AMPLIADA:
ABBA, Giuseppe: Lex et Virtus Ed. LAS, Roma, 1983
CLAVES: Razón práctica > Teonomía participada