RESUMEN:
Las virtudes modulan los apetitos para que nos aparezca como bueno lo que realmente es bueno, lo cual es principio del obrar, y por lo tanto de la razón práctica
TEXTUAL:
ARTÍCULO VI En sexto lugar se pregunta si en el intelecto práctico está la virtud como en su sujeto
RESPUESTA (...)
En efecto, como [los animales irracionales]son de pocas operaciones a causa de la escasa potencia de su principio activo, que se extiende a pocas cosas, en todos los de una misma especie hay un bien al que se disponen de un modo uniforme. De ahí que por el apetito natural tengan una inclinación a dicho bien, y por la capacidad cognoscitiva tengan un juicio natural acerca de aquel bien propio respecto del que se disponen de un modo uniforme. Y de este juicio natural y apetito natural proviene el que toda golondrina haga el nido de la misma manera, y que toda araña haga la tela del mismo modo; y así se ha de considerar en todos los demás brutos.
El hombre, en cambio, es de muchas y diversas operaciones, y esto a causa de la superioridad de su principio activo, a saber, el alma, cuyo poder se extiende en cierto modo a infinitas cosas (ad infinita). Por ello no sería suficiente para el hombre el apetito natural del bien, ni el juicio natural para obrar rectamente, a no ser que se determine y se perfeccione ulteriormente.
En verdad, por el apetito natural el hombre se inclina a apetecer el propio bien, pero como éste se diversifica de muchas maneras, y el bien del hombre consiste en muchas cosas, no pudo inherir en el hombre el apetito natural de este bien determinado según todas las condiciones que se requieren para que sea su bien, porque éste varía de muchas maneras, conforme a las diversas condiciones de las personas, de los tiempos, de los lugares, y a otras cosas de este género. [todos tenemos el deseo de ser buenos, pero no basta con este sólo deseo para serlo]
Y por la misma razón [tampoco pudo haber en el hombre algún] juicio natural, el cual es uniforme e insuficiente para procurar tal [clase de] bien. Por lo que, en el caso del hombre, fue necesario [el que cada uno tuviera que] encontrar y juzgar el propio bien determinado de acuerdo a todas las condiciones, en tanto que debe ser buscado aquí y ahora-, a través de la razón de la que es propio discernir entre cosas diversas. y para realizar esto, sin un hábito que la perfeccione, la razón se halla del mismo modo como se encuentra la razón en el [dominio] especulativo sin el hábito de la ciencia para juzgar a propósito de cierta conclusión en el ámbito de alguna ciencia; lo que ciertamente no puede realizar sino imperfectamente y con dificultad [sin el hábito de la ciencia].
POR LO TANTO ASÍ COMO ES NECESARIO QUE LA RAZÓN ESPECULATIVA SEA PERFECCIONADA POR EL HÁBITO DE LA CIENCIA PARA JUZGAR RECTAMENTE ACERCA DE LO COGNOSCIBLE PERTINENTE A ALGUNA CIENCIA, ASÍ TAMBIÉN ES NECESARIO QUE LA RAZÓN PRÁCTICA SEA PERFECCIONADA POR ALGÚN HÁBITO PARA QUE JUZGUE RECTAMENTE ACERCA DEL BIEN HUMANO, DE ACUERDO A CADA UNA DE LAS OPERACIONES QUE DEBEN REALIZARSE. Y ESTA VIRTUD SE LLAMA PRUDENCIA, CUYO SUJETO ES LA RAZÓN PRÁCTICA; Y ES PERFECTIVA DE TODAS LAS VIRTUDES MORALES QUE ESTÁN EN LA PARTE APETITIVA, CADA UNA DE LA CUALES ESTABLECE LA INCLINACIÓN DEL APETITO HACIA ALGÚN GÉNERO DE BIEN HUMANO, COMO LA JUSTICIA CAUSA LA INCLINACIÓN AL BIEN QUE ES LA IGUALDAD EN LO RELATIVO A LA COMUNICACIÓN [DE LOS HOMBRES] EN LA VIDA, LA TEMPLANZA AL BIEN QUE ES CONTENERSE DE LAS CONCUPISCENCIAS, Y ASÍ ACERCA DE CADA UNA DE LAS VIRTUDES.
AHORA BIEN, SUCEDE QUE CADA UNA DE ESTAS COSAS SE REALIZA DE MUCHAS MANERAS, Y NO DEL MISMO MODO EN TODOS [LOS HOMBRES], POR LO CUAL, PARA QUE SE ESTABLEZCA EL MODO RECTO, SE REQUIERE LA PRUDENCIA DEL JUICIO. DE ESTA FORMA, POR LA MISMA SE DA LA RECTITUD Y LA CONSUMACIÓN DE BONDAD EN TODAS LAS OTRAS VIRTUDES; por lo que el Filósofo dice que en la virtud moral el medio [virtuoso] se determina conforme a la recta razón. Y DEBIDO A QUE POR ESTA RECTITUD Y CONSUMACIÓN DE BONDAD TODOS LOS HÁBITOS APETITIVOS ADQUIEREN LA ÍNDOLE DE VIRTUD, LA PRUDENCIA ES CAUSA DE TODAS LAS VIRTUDES DE LA PARTE APETITIVA, LAS CUALES SON DENOMINADAS MORALES EN CUANTO SON VIRTUDES. Y por causa de ello Gregorio sostiene en Moral XXII que, a no ser que aquello que las demás virtudes apetecen lo hagan prudentemente, no pueden ser [consideradas como] virtudes de ningún modo.
FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Cuestón disputada sobre la virtud (Libro) , , Ed.Eunsa, 08/2000 Pamplona VI
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestón disputada sobre la virtud Ed. Eunsa, Pamplona, 2000
CLAVES: Razón práctica > Virtud y razón práctica