Consecuencialismo

p. 342 CONSECUENCIALISM: Esto mismo ocurre en el consecuencialismo, de manera más clara y radical. En este planteamiento, la moralidad de la acción no reside en lo obrado mismo, en lo elegido eficientemente por el sujeto, sino en lo que éste prevé y desea que se desprenda como consecuencia de lo obrado por él.

p. 344 Para responder acabadamente el desafío del consecuencialismo, es preciso poder afirmar que, por ejemplo, amputar una pierna a una persona para salvar su vida, no es una acción mala pero justificable por las consecuencias, sino una acción buena que consiste en salvar una vida amputando una pierna; pero es preciso poder afirmar esto, sin estar afirmando con ello que, si tal definición de la acción es válida, es porque la acción se define en función de lo que el sujeto desea como consecuencia de lo que materialmente hace. Es preciso poder iden­tificar cuál es la acción, cuál es su definición verdadera, que será la definición de su moralidad; y si esta definición no ha de fundarse en lo que el sujeto espera que se siga de su ejecución externa, de la actualización de su propia eficiencia, esta misma actualización habrá de servir de fundamento de la definición verdadera de la acción.

CRUZ PRADOS, Alfredo: Deseo y verificación, Eunsa, Pamplona, 2015, p.