RESUMEN:
« »La consideración de una verdad objetiva absoluta accesible al conocimiento humano es vista por la mentalidad moderna como fundamentalista, como un ataque contra los valores fundamentales de la tolerancia, de la libertad y del diálogo. Este diálogo es considerado precisamente como «la quintaesencia del credo relativista y como antitético a los conceptos de "conversión" y misión»:«el diálogo, según la comprensión relativista, significa poner la propia posición o la propia fe al mismo nivel que las convicciones de los demás, no concederle por principio más verdad que a la posición del otro». Por eso, «el diálogo sólo es posible entre posiciones de igual rango y, por tanto, relativas entre sí, con el fin de llegar a un máximo de cooperación e integración entre las diversas formas religiosas» o cosmovisiones. «La disolución relativista de la cristología y sobre todo de la eclesiología se convierte ahora en un mandamiento central de la religión» «la fe en la divinidad de un individuo conduciría al fanatismo y al particularismo, a la disociación entre la fe y el amor»
TEXTUAL:
p. 107
§2 La creencia de que se da de hecho la verdad en la figura de Jesucristo y en la fe de la Iglesia la verdad vinculante y válida en la historia misma , contemplada desde semejante perspectiva [la de Hick, presbiteriano estadounidense, que considera que lo Absoluto no puede darse en la historia, sino únicamente modelos o figuras ideales que nos orientan hacia lo totalmente Otro] tal como dicha perspectiva domina el pensamiento mucho más allá de las teorías de Hick , es calificada como fundamentalismo, como verdadero ataque contra el espíritu de los tiempos modernos y como amenaza fundamental, que se manifiesta en muchas formas, contra su bien supremo, que es la tolerancia y la libertad. De esta manera, el concepto de diálogo, que en la tradición platónica y en la tradición cristiana tenía una relevancia importante, adquiere en buena parte un significado modificado. Es considerado precisamente como la quintaesencia del credo relativista y como antitético a los conceptos de «conversión» y misión: el diálogo, según la comprensión relativista, significa poner la propia posición o la propia fe al mismo nivel que las convicciones de los demás, no concederle por principio más verdad que a la posición del otro. Tan sólo cuando yo presupongo por principio que el otro puede tener igual o más razón que yo, entonces puede surgir un verdadero diálogo. El diálogo sólo es posible entre posiciones de igual rango y, por tanto, relativas entre sí, con el fin de llegar a un máximo de cooperación e integración entre las diversas formas religiosas (2). La disolución relativista de la cristología y sobre todo de la eclesiología se convierte ahora en un mandamiento central de la religión. Para volver a Hick: la fe en la divinidad de un individuo conduciría al fanatismo y al particularismo, a la disociación entre la fe y el amor. Eso precisamente es lo que hay que superar (3).
(2) Cf., a este propósito, el editorial, sumamente instructivo, titulado Il cristianesimo e le altre religioni: Civilità Cattólica 1 (1966), 107-120. El editorial se enfrenta especialmente con las ideas de Hick, Knitter y R. Panikkar.
(3) Cf., por ejemplo, J. Hick, An Interpretation of Religion. Human Responses to Transcendent, Londres 1989; K.H. Menke, Einzigkeit Jesu Christi, 90
FUENTE:
RATZINGER, Joseph: Fe, Verdad y Tolerancia (Libro) , , Ed.Ed. Sígueme, 2005 Salamanca II. LA CUESTIÓN DE LA VERDAD Y DE LAS RELIGIONES. 1 Las nuevas problemáticas surgidas durante el decenio de 1990. Sobre la situación de la fe y la teología hoy. *El relativismo en la teología: el retroceso de la cristología
FUENTE AMPLIADA:
RATZINGER, Joseph: Fe, Verdad y Tolerancia Ed. Ed. Sígueme, Salamanca, 1985 (1983)
CLAVES: Relativismo ético > Argumentos relativistas > Tolerancia, libertad y diálogo