RESUMEN:
La virginidad no es antinatural, porque lo natural en el hombre es tender hacia el fin último: todos los apetitos humanos están jerarquizados y juegan en favor del apetito del fin último. Lo antinatural es renunciar a la posesión del fin último, no de los fines intermedios, cuando excepcionalmente, su renuncia favorece la consecución del fin último.
TEXTUAL:
p.523 En realidad, la concepción que se hizo santo Tomás de la disposición entre la naturaleza humana y las realidades sobrenaturales es diferente de la de los teólogos modernos. Para él, nuestra naturaleza está abierta al don divino por las inclinaciones a la verdad y al bien, que forman el deseo natural de ver a Dios. Por tanto, una realidad es tanto más natural cuanto mejor se oriente hacia el don sobrenatural. Tal es el caso de la virginidad: es su conveniencia para la búsqueda de la verdad y del bien, gracias a la liberación de las «ataduras de la carne», lo que la hace particularmente apta para contribuir a la contemplación cristiana nutrida por el Evangelio.
FUENTE:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana, Ed.Eunsa, 2000 Pamplona CAPÍTULO XVII LAS INCLINACIONES NATURALES EN EL ORIGEN DE LA LIBERTAD Y DE LA MORAL
FUENTE AMPLIADA:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana Ed. Eunsa, Pamplona, 2000 (1985)
CLAVES: Sexualidad > Virginidad