RESUMEN:
La vanagloria es un pecado grave cuando por ella se rechaza a Dios como fin último para ponerse uno mismo en su lugar, en cambio no es pecado grave cuando sin rechazar a Dios como fin último hay un cierto desorden en el deseo de la propia excelencia.

TEXTUAL:
10. Así como la forma da la especie en las cosas naturales, así también el objeto en las cosas morales. Pero aquellas cosas que tienen en común una misma forma natural, no difieren por su especie. Luego, en las cosas morales, aquellas cosas que tienen en común un mismo objeto no difieren por su especie. Mas lo venial y lo mortal difieren por su especie. Luego, toda vez que la vanagloria no tiene sino un solo objeto, parece que no puede ser que una vanagloria sea pecado mortal, y otra pecado venial. Pero es manifiesto que alguna vanagloria es pecado mortal. Luego, toda vanagloria es pecado mortal.

10. A LO DÉCIMO debe decirse que en las cosas morales el objeto constituye la especie, no según lo que es material en el mismo, sino según la razón formal del objeto. Mas el objeto de la vanagloria difiere, en la medida que es pecado venial y mortal, según la razón formal del objeto, es decir, según la diferencia del fin y lo que es para el fin: pues el pecado mortal se da cuando el fin se constituye en la gloria humana; mas el venial cuando el fin no se constituye en ésta.

FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal (Libro) , , Ed.Eunsa, 1997 Pamplona q.9 [Sobre la vanagloria], a.2 [Si la vanagloria es pecado mortal]

FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal Ed. Eunsa, Pamplona, 1997 (1268)