RESUMEN:
El suicidio es injusto por cuanto el hombre es miembro de una comunidad, y pertenece a Dios. Lo mismo que el adúltero viola en sí mismo el templo de Dios que es su cuerpo.
TEXTUAL:
2. A la segunda hay que decir: Que una persona singular puede ser considerada de dos modos. Primero, en sí, y en este sentido, si se infiere a sí misma algún perjuicio, puede su acto tener razón de otro pecado, como de intemperancia o de imprudencia, mas no de injusticia, pues tanto la justicia como la injusticia se refieren siempre a otro. En segundo lugar, puede considerarse un hombre en cuanto es algo de la ciudad, es decir, como parte suya integrante, o en cuanto es algo de Dios, esto es, su criatura e imagen; y así, el que se suicida no comete una injuria a sí mismo, sino a la ciudad y a Dios. Por eso es castigado tanto según la ley divina como según la ley humana, como también dice el Apóstol del fornicador: Si alguien viola el templo de Dios, Dios le destruirá (1 Cor 3,17).
FUENTE:
Suma de Teología II-II, q.59, a.3, ad.2
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología II-II (a) Ed. BAC, Madrid, 1995 (1271)
CLAVES: Suicidio > Razones de su inujusticia