RESUMEN:
Tres ingredientes para la adquisición de la virtud: la naturaleza, la educación recibida y la costumbre de cada uno
TEXTUAL:
X, 14, §1501. Muestra que, para hacerse bueno, se requiere la costumbre. En efecto, dice que no debemos contentarnos sólo con las palabras para adquirir la virtud. Debemos apreciar sobremanera si, una vez en posesión de todo eso por lo cual los hombres se hacen virtuosos, adquirimos la virtud. Al respecto, hay tres opiniones: unos, dicen que los hombres son buenos por naturaleza, por ejemplo, a causa de su complexión natural unida a la impresión de los cuerpos celestes; otros, dicen que los hombres son buenos por ejercitación; y, otros, que los hombres son buenos por enseñanza. Estas opiniones de alguna manera son verdaderas.
En efecto, hay una disposición natural que beneficia a la virtud, como se dijo en el libro sexto [VI, 13, 1144b 5-6]. Vimos que algunos, enseguida de nacer, parecen fuertes o templados según una inclinación natural. Vimos también, allí, que esta virtud natural es imperfecta. Para su perfección se requiere que sobrevenga la perfección del entendimiento o razón; y, por ello, se requiere la enseñanza, que bastaría si la virtud consistiera en el entendimiento o razón solamente, según la opinión de Sócrates, quien sostenía que la virtud es ciencia. Pero, como para la virtud se requiere la rectitud del apetito, es necesaria también la costumbre por la cual el apetito se inclina al bien
FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco (Libro) , , Ed.EUNSA, 2001 Pamplona X, 14, §1501
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Comentario a la Ética a Nicómaco Ed. EUNSA, Pamplona, 3000 (2000)
CLAVES: Virtud > Adquisición de las virtudes