RESUMEN:
La virtud inhiere en el alma, mediante la potencia. De este modo el sujeto es receptivo de un accidente mediante otro (de la virtud mediante la potencia). Y de este modo se afirma que la potencia del alma es sujeto del hábito.
TEXTUAL:
RESPUESTA (...)
Pero, en cuanto a los otros dos modos, un accidente se relaciona con otro a modo de sujeto. Pues un accidente está en potencia con respecto de otro, como lo diáfano con respecto a la luz, y la superficie con respecto al color. Además, un accidente puede ser causa de otro, como la humedad del sabor; y de esta forma se afirma que un accidente es sujeto de otro accidente. No porque un accidente puede dar [de suyo] sustentación a otro accidente, sino porque el sujeto es receptivo de un accidente mediante otro. Y de este modo se afirma que la potencia del alma es sujeto del hábito.
En efecto, el hábito se relaciona con la potencia del alma como el acto con la potencia; ya que la potencia, en cuanto tal se halla indeterminada, y se determina por el hábito con respecto a esto o a aque11o. Además, los hábitos adquiridos son causados por los principios de las potencias [del alma]. Por lo tanto, de esta manera se ha de decir que las potencias [del alma] son sujetos de las virtudes: porque la virtud inhiere en el alma, mediante la potencia.
3. A LO TERCERO se ha de decir que la potencia [del alma] no es de suyo sujeto, sino en cuanto es sustentada por el alma .
[ARTÍCULO III En tercer lugar se pregunta si la potencia del alma puede ser sujeto de virtud ]
FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Cuestón disputada sobre la virtud (Libro) , , Ed.Eunsa, 08/2000 Pamplona III
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestón disputada sobre la virtud Ed. Eunsa, Pamplona, 2000
CLAVES: Virtud > Sujetos de la virtud > El alma como sujeto de la virtud