RESUMEN:
La voluntad en su primer impulso es movida por un agente externo para que empiece a apetecer. Este dinamismo apetitivo de la voluntad, que es originariamente suyo proviene del impulso natural que Dios le da.
TEXTUAL:
RESPUESTA
§8 (...) Como la voluntad se mueve a sí misma a deliberar, y la deliberación es una inquisición no demostrativa sino referida a cosas opuestas, la voluntad no se mueve a sí misma por necesidad. Pero como la voluntad no siempre quiere deliberar, es necesario que sea movida por alguien para que quiera deliberar; y si ha de ser por sí misma, es necesario de nuevo que el movimiento de la voluntad preceda a la deliberación y que la deliberación preceda al acto de la voluntad; y como esto no puede proceder hasta el infinito, es necesario que, por lo que se refiere al primer acto de la voluntad, lo mueva la voluntad, la cual, como no siempre está en acto de querer, comienza a querer por impulso de algo exterior.
§10 Resta por tanto, tal como concluye Aristóteles en su cap. Sobre la buena fortuna [EE, VII, c. 14 (1248 a, 1732)] que lo que primero mueve a la voluntad y al entendimiento es algo que está por encima de la voluntad y el entendimiento, es decir, Dios; que como mueve todas las cosas según la razón propia de las cosas movidas, como los leves hacia arriba y los graves hacia abajo, mueve también a la voluntad según su condición, no por necesidad sino indeterminadamente a muchas cosas. Consta, por tanto, que si se considera el movimiento de la voluntad en cuanto al ejercicio del acto, no se mueve por necesidad.
FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal (Libro) , , Ed.Eunsa, 1997 Pamplona q.6 [Sobre la elección huaman], a.1 [Si el hombre tiene libre elección de sus actos],
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Cuestiones disputadas sobre el mal Ed. Eunsa, Pamplona, 1997 (1268)
CLAVES: Voluntad > Dios la mueve (cómo)