p. 72
SEDUARDUS. Los nuevos jusnaturalistas entendieron que si contemplaban al hombre como un ser aislado, antes de entrar en sociedad, en este estado de aislamiento podían conocer científicamente la realidad humana. Les resultó fundamental la figura del ‘estado de naturaleza’ para poder representarse a los hombres aisladamente.
BELLAPERTICA. ¿Luego la figura del estado de naturaleza fue una creación moderna?
SEDUARDUS. No, en modo alguno. Viene insinuada con bastante claridad en algunos textos del derecho romano, especialmente en los de los juristas más tardíos, como Ulpiano. Los juristas medievales la tuvieron muy presente y entendieron que en el estado de naturaleza sólo estaba vigente el derecho natural, que desconocía las propiedades privadas y las sujeciones entre los hombres; por ejemplo, para Bartolo de Sassoferrato, el simple hecho de que existieran jueces destruía la libertad que es propia del derecho natural. En ellos es frecuente encontrar la expresión “Natura, id est jus naturale”, es decir, “La naturaleza, o sea, el derecho natural…”.
pp. 74-79
SEDUARDUS. Ten cuidado porque este tema es muy intuitivo y por ello difícil de razonar. Es una de esas realidades que se muestran pero no se demuestran. Verás, para ti y para mí nuestra cotidianidad es, en buena medida, nuestra naturalidad. Pues si es humano que nos vivenciemos cada uno como un ego más o menos aislado, no menos humano es que yo me vivencie como un hombre casado, con hijos, con una profesión, con amigos, como ciudadano, etc. Para estudiarme ‘naturalmente’ no tengo por qué imaginarme aislado en un estado de naturaleza. Más bien me parece lo contrario: para estudiarme tal como soy, he de imaginarme –más o menos- tal como vivo ahora.
Pero atiende a la trampa específicamente moderna. Todas las situaciones o cualidades a las que he aludido –estar casado o ejercer una profesión- son cualidades secundarias, de las que hay que prescindir en el momento de estudiar científicamente o naturalmente al hombre. Durante el siglo XVII se puso de moda indicar que el estudio ‘natural’ del hombre sólo es posible si partimos desde los individuos aislados.
BELLAPERTICA. ¿Qué valor tenía este aislamiento?
SEDUARDUS. Ellos pensaron que el hombre viviendo en sociedad es un ser que habita en relaciones humanas artificiales, por lo que la cotidianidad natural no puede mostrarnos lo que somos naturalmente. La redención del hombre había de partir desde el estudio del individuo aislado. Un problema (y no es el único) es que nadie ha conocido a un ser humano aislado. Y si suponemos hombres primitivos hemos de pensar que también ellos vivían su cotidianidad, posiblemente más difícil de entender que la nuestra. Quiero recalcarte que nadie ha conocido a hombres viviendo aisladamente. Como es obvio, ‘describir’ a hombres así sirvió para que cada cual le atribuyera a los hombres las naturalezas que él pensaba.
BELLAPERTICA. Es decir, que ellos “ponían” a una imagen del hombre bajo la capa del hombre aislado.
SEDUARDUS. Sí, eso es. Nota que estamos ante dos reducciones. En primer lugar, desde el hombre tal como lo conocemos al hombre en el estado de naturaleza. Y en un segundo momento, concebían al hombre ‘natural’ del modo que cada cual quería.
Esta segunda reducción es la más importante. La Edad Moderna quiso proceder científicamente y la única forma conocida entonces para trabajar así era aislar un rasgo humano al que afirmaban como el más importante, fuera la sociabilidad (Grocio o Pufendorf), la buena vida (Thomasius), la defensa de las propiedades privadas (Locke), o poder hacer realidad el plano de vida individual que cada uno quería para sí mismo (Kant).
Este rasgo humano, que trataba de imponerse excluyendo a las otras facetas de lo humano, fue llamado el principium unicum, evidens et adaequatum. La tarea del científico social consistía en partir desde tal principio para deducir axiomáticamente lo que el hombre demandaba en el derecho y en la moral. La sensación de estar haciendo matemáticas arrancando desde este axioma inicial les proporcionaba una fuerte sensación (subjetiva) de seguridad, y llamaban a su modo de proceder mos arithmeticus, manera matemática de tratar el derecho. También se le conoció como mos geometricus, ya que también querían proceder al modo de los geómetras. Fue Descartes quien propuso que siguiéramos el modo de trabajar de los geómetras y matemáticos.
BELLAPERTICA. Si te he entendido bien, lo que quieres decir es que todo lo que fuera bueno en el derecho había de deducirse desde un solo ‘principium’, es decir, de una sola de las facetas más importantes del hombre.
Pero no veo sentido a esta reducción. Porque nuestra vida está guiada por principios no siempre iguales, porque uno es el momento de trabajar y otro el de estar con la familia. Yo no me puedo explicar lo que soy ni lo que tengo si sólo puedo tener en cuenta uno de estos principios.
SEDUARDUS. Sí, así es. Por esto, cada ‘jusnaturalista’ estableció el principio que él quiso. Se podría hacer toda una colección de tales principios durante los siglos XVII y XVIII. No estaban de acuerdo ni en este punto de partida.
BELLAPERTICA. Entonces, ¿por qué procedieron así?
SEDUARDUS. Era la moda, lo que se llevaba. Hoy diríamos que era lo políticamente correcto. Si aspirabas a tener alumnos en tus clases o a que tus libros se vendieran tenías que proceder así.
Repara en que esto fue entendido como el método correcto porque entendieron que la única forma de hacer derecho natural científicamente era mediante definiciones genéticas o síntesis a priori.
BELLAPERTICA. Ahora sí que no te entiendo.
SEDUARDUS. Si quieres hacer un discurso convincente y que lo entiendan todos, has de dar facilidades al público. Puestos a dar tales facilidades, lo más procedente es proponer definiciones genéticas, es decir, definiciones que crean su objeto de estudio al mismo tiempo que lo definen, porque lo que es más evidente al hombre es lo que él mismo ha construido. Por ejemplo, si te digo que una circunferencia consiste en un radio que gira, ¿te queda claro lo que es esta figura geométrica?
BELLAPERTICA. Con toda la claridad posible: me has enseñado lo que es la circunferencia enseñándome el modo cómo se construye. Ya no puede haber ninguna duda. Pero ¿cómo se puede construir definiendo en las ciencias del hombre?
SEDUARDUS. Este método fue llamado también mos geometricus, es decir, forma geométrica de tratar el derecho. Te lo explicaré con ejemplos sencillos. Imagínate que comprimes un muelle; cuando lo sueltes, el muelle tenderá violentamente a recuperar su forma primitiva. El muelle o el resorte que usaron estos modernos fue suponer un hombre aislado, inseguro y molesto en su aislamiento, que tiene alguna pasión fundamental; en Locke, por ejemplo, tal pasión era la defensa adecuada de las propiedades privadas.
BELLAPERTICA. Bien, ¿y qué más?
SEDUARDUS. Pedro, entiende que si unos hombres están molestos por alguna insuficiencia concreta que se deriva desde su aislamiento inicial, tendrán que querer necesariamente resolver ese problema acabando con el aislamiento, es decir, creando la sociedad política y jurídica. Esto lo entiende cualquiera y forma una teoría política convincente, aunque sólo lo sea de una forma superficial.
BELLAPERTICA. Sí, pero se encontrará con las mismas dificultades que tenemos ahora en nuestra sociedad inicial.
SEDUARDUS. No. Ellos creyeron superar nuestros problemas porque supusieron unas voluntades iguales en el estado de naturaleza. La voluntad es siempre idéntica a sí misma, y el promedio de las fuerzas de las voluntades de los hombres viene a ser el mismo. Si esos hombres deciden crear una sociedad ‘democrática’ para acabar con esos problemas, entonces han iniciado el buen camino y no cometerán nuestros errores porque han entrado por el camino de la igualdad, es decir, de la ausencia de prepotencia. Ya te indiqué que no querían un cambio, sino una redención. Situaron la esperanza escatológica cristiana en la tierra, en la fuerza de las voluntades libres; esta última afirmación requiere muchas matizaciones según cada autor, pero vale como pauta general para explicar esta Escuela.
¿Entiendes mejor ahora lo que te he indicado sobre el hombre disminuido o reducido?
BELLAPERTICA. Sólo por momentos.
SEDUARDUS. Quiero indicarte que no estudiaron al hombre de forma que pudieran considerar todas sus determinaciones. Inauguraron la tendencia de ‘poner’ un solo rasgo, al modo de un axioma matemático, y desde ahí, mediante ese muelle comprimido, lanzan una definición genética. Porque, Pedro, si alguien pasa hambre, ¿cómo explicarle su conducta futura?
BELLAPERTICA. Indicándole los modos de conseguir la comida.
SEDUARDUS. Ésa es la forma de funcionar de una definición genética. ¿Conoces hoy muelles que se descompriman lanzando un proyectil?
BELLAPERTICA. No sé, maestro.
SEDUARDUS. Pedro, ¿no vas a la feria? Las escopetas de aire comprimido hacen esto hoy.