Emilio García-Sánchez (*), “La falacia de la autonomía en la ley de eutanasia”, en La eutanasia en España (A. Masferrer, ed.), Rialp, Madrid, 2021
[¿Qué autonomía del paciente?] p. 37 Recientemente, uno de los cuatro mil enfermos españoles de Esclerosis Lateral Amiotrófica ha criticado la Ley de Eutanasia porque no sabe qué autonomía y libertad individual podrá ejercer cuando, sin ayudas del Gobierno para sobrellevar su enfermedad, solo se le dé a elegir entre sufrir o morir.
p. 37 Resulta socialmente injusto querer convertir la eutanasia en un derecho cuando este no se va a poder ejercer libremente al estar condicionado para exigirlo.
p. 38 Los enfermos graves incurables y con sufrimientos insoportables, deprimidos, discapacitados, nunca podrán ser autónomos y competentes por la misma razón por la que están mal, por su enfermedad y no por un atropello de su libertad.
p. 38 Como sostiene en The Guardian la experta holandesa en ética médica Berna Van Baarsen, resulta imposible establecer si un paciente con demencia, alzhéimer, o cáncer muy avanzado está sufriendo de modo insoportable porque sencillamente ya no puede explicarlo personalmente. En ese momento, dada la situación clínica, la petición de muerte no puede estar respaldada en una verdadera autonomía.
p. 39 el mismo deseo de morir constituye un síntoma objetivo de la enfermedad, y no la expresión lucida de la capacidad de autodeterminación.
p. 39 ¿Cómo podríamos reconocerles como sujetos libres y autónomos, y por tanto legítimos demandantes de eutanasia, si están en la fase de mayor fragilidad, si no están en pleno uso de sus facultades y son altamente influenciables?
p. 39 los enfermos que contempla la ley no son autónomos sino dependientes. Esta es la realidad que rompe en pedazos la justificación garantista y autonomista que atraviesa la regulación de la eutanasia.
[La alternativa es incentivar el cuidado:] p. 37 Y hoy la alternativa ya disponible al deseo de morir por sufrimiento no es la nada sino cuidarles con medicina paliativa, ofreciéndoles la posibilidad de ser atendidos en casa o en el hospital, facilitando que sus cuidadores reciban las bajas incentivadas, y preguntándoles si quieren recibir asistencia psicológica y / o espiritual.
(*) Emilio García-Sánchez es biólogo (Universidad de Murcia, 1996), doctor en Teología Moral y Máster de Postgrado en Bioética por la Universidad de Navarra (2006). Desde 2008, Profesor Adjunto de Bioética en Ciencias de la Salud en la Universidad Cardenal Herrera CEU (Valencia). Ha sido Visiting Scholar en el Institute of Ethics (Dublin City University. Ireland, 2014), en el Kennedy Institute of Ethics de la Georgetown University (Washington DC, 2015) y en la Università Campus Biomédico di Roma (Italia, 2018). En esas estancias ha investigado las controversias éticas actuales de la medicina estética. También entre sus líneas de investigación se encuentra los aspectos éticos y antropológicos presentes en el cuidado de enfermos graves al final de la vida. Premio Ángel Herrera a la Mejor Labor de Investigación (2016). Actualmente es el Investigador Principal del Grupo de Investigación en Bioética de la Universidad Cardenal Herrera CEU. Es vicepresidente de la Asociación Española de Ética Médica y Bioética (AEBI) y miembro de la Sociedad Valenciana de Bioética.