TORRE DE SILVA, Victor(*), “La libertad y la eutanasia”, en La eutanasia en España (A. Masferrer, ed.), Rialp, Madrid, 2021

p. 77 Si la decisión de prescindir de la propia vida es algo que atañe a mi libertad, y por tanto es algo digno de tutela, ¿por qué no aplicarlo a toda la población mayor de edad? Incluso, ¿por qué no aplicarlo a menores con el suficiente discernimiento? Debería bastar la decisión “autónoma” y libre del individuo para que el Estado corriera a quitarle la vida. ¿O es que son solo libres en este sentido los enfermos o quienes sufran un padecimiento? ¿Por qué no extender este nuevo “derecho” a toda la población?

Sin embargo, en la ley no hay ni el más mínimo atisbo de la generalización de la eutanasia a toda la ciudadanía. Ahora resulta que el titular del derecho a la vida no puede hacer con ella lo que quiera hasta que contraiga una enfermedad grave e incurable o hasta que tenga un padecimiento grave, crónico e imposibilitante. Antes no existe esta libertad.

p. 77 acabar con la propia vida tiene algo de antinatural, de contrario al principio de autoconservación de los seres vivos, y por eso las tendencias suicidas tienen su tratamiento psiquiátrico.

[no somos independientes] p. 78 Aunque no sea políticamente correcto, lo que uno haga con su propio cuerpo y con su propia vida afecta a los demás de modo indirecto, sobre todo si resulta irreversible. Por este motivo se castiga la mutilación genital femenina, aunque la víctima sea mayor de edad y lo consienta (artículos 149.2 y 155 del Código Penal).

p. 78 Los derechos fundamentales tienen desde siempre un carácter irrenunciable e inalienable. Por muy angustiosa que sea la situación, nadie puede renunciar a su integridad física ni “vender” un órgano de su cuerpo. Tampoco uno puede renunciar a ejercer para el futuro su libertad de expresión, religiosa, de reunión o de movimiento. Pero no solo en este campo de los derechos fundamentales, a la cabeza de los cuales se sitúa la vida. El Derecho del Trabajo está lleno de derechos irrenunciables para el trabajador, como protección para el conjunto de los trabajadores.

La irrenunciabilidad de ciertos bienes y derechos no se contempla como una quiebra de la libertad del individuo, sino precisamente como una protección a su libertad.

p. 79 [el cuidado de mayores y enfermos es más gravoso que antes. El seguro social tradicional era, es y será siempre la familia] Esto resulta más acusado hoy en día, por el reducido tamaño de las familias.

p. 79 [complejo de culpa del enfermo que quiera seguir viviendo] Ya, si se percibe a sí mismo como una carga, vivir no deja de tener connotaciones egoístas. (…) De inspirar compasión pasan a ser contemplados con ambivalencia. En el fondo, si están en esa situación es porque quieren. Porque se niegan obstinadamente a ejercer su “ libertad ”, su “ derecho ” a que se les prive de la vida.

(*) Víctor Torre de Silva es profesor de IE Law School y Letrado Mayor del Consejo de Estado. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense con Premio Extraordinario y Premio Nacional de Licenciatura, obtuvo un máster en Derecho por la Universidad de Harvard y luego el Doctorado en Derecho por la Universidad Complutense, con Premio Extraordinario de Doctorado. Ingresó por oposición en el Cuerpo de Letrados del Consejo de Estado. Desempeñó los cargos de director de Gabinete de la Presidencia del Congreso de los Diputados y de Subsecretario de Defensa. Fue también presidente del Observatorio de la Vida Militar. Es A.C. de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y Auditor de Honor del Cuerpo Jurídico Militar. Es autor de diversas publicaciones científicas, como el artículo “Responsabilidad por nacimiento evitable (wrongful birth) y discapacidad” (Revista de Administración Pública, 2017).