RESUMEN:
La visión de la justicia como una virtud que sólo se limita al bien debido según la ley, referido al acto externo, pierde de vista, por un lado, que el objeto de la justicia es el bien DEL PRÓJIMO (es el bien del prójimo, es decir la satisfacción del prójimo mediante el bien que se le da, no la satisfacción del bien mismo); y por otro, que como virtud moral que es, arraiga en la personalidad del agente perfeccionándolo, y por lo tanto es susceptible de un crecimiento indefinido, que raramente puede lesionar al prójimo cuando se vive en plenitud (como algunos han interpretado la máxima summum ius, suuma iniuria).

TEXTUAL:
p.474, §3

Desde siempre se ha dicho que una justicia sin caridad -léase sin amor- es cruel. Ya los romanos acuñaron la máxima summum ius summa iniuria, lo cual, a pesar de que parezca corroborado por la experiencia, tendría que sonar extraño al venir referido a la máxima expresión de una virtud. Y, sin embargo, la defensa de la legítima autonomía de las realidades temporales ha acentuado la visión de unas relaciones profesionales y sociales -incluso matrimoniales y familiares en algunas cabezas- estructuradas por una fría justicia que carece del rostro amable de la virtud, y que se utiliza de hecho más como justificación [el argumento de la autonomía de las relaciones temporales] que como ideal. A la vez, ha contribuido a [reforzar] la identificación entre justicia y cumplimiento de la legalidad, con lo que, además de restringir su campo, ha sacado la virtud de la interioridad de la persona, DESVIRTUÁNDOLA. Es relativamente frecuente oír, por ejemplo, que "las empresas no hacen caridad". Y, aunque es indudable que una persona jurídica no puede ser receptor de la gracia que es origen de la caridad sobrenatural, es igualmente cierto que lo que en realidad se quiere decir con esa expresión es que lo que queda fuera es el amor al prójimo. La amistad quedaría para unas relaciones privadas que conviene que no interfieran con las profesionales, y así se persigue con medidas concretas por un número cada vez mayor de empresas.



Por el otro lado, la caridad desvinculada de la justicia quedaba igualmente ajena al transcurrir ordinario de la vida profesional y social, de forma que su margen de ejercicio se reducía a lo que éste permitía. (...)

FUENTE:
DE LA VEGA HAZAS, Julio: Justicia, amistad, caridad y sociedad cristiana (Revista) AA.VVV. CRISTIANISMO EN UNA CULTURA POSTSECULAR, , Ed.Eunsa, 2006 Pamplona p.474, §3

FUENTE AMPLIADA:
DE LA VEGA HAZAS, Julio: Justicia, amistad, caridad y sociedad cristiana Ed. Eunsa, Pamplona, 2006