RESUMEN:
Cada una de las potencias apetece, con apetito natural, un bien determinado, mas la potencia apetitiva apetece cualquier bien aprehendido, por eso es una potencia especial.
TEXTUAL:
Arg.5 Una potencia especial se ordena a un acto especial, no a un acto común a todas las potencias del alma; pero apetecer el bien es común a todas las potencias del alma, lo que se manifiesta en que cada potencia apetece su objeto y se deleita en él; luego el apetito no es una potencia especial del alma.
Ad.5. Cada potencia apetece su objeto con apetito natural, pero el apetito animal pertenece a una potencia especial. Y dado que el apetito natural está determinado a una sola cosa, mientras que el apetito animal es consecuencia de una aprehensión, por eso cada una de las potencias apetece un bien determinado, mas la potencia apetitiva apetece cualquier bien aprehendido. No obstante no se sigue que sea una potencia general, pues apetece el bien común de un modo especial.
FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Opúsculos y cuestiones selectas, vol. 2 (Libro) , , Ed.BAC, 2003 Madrid Q. sobre el apetito del bien, Art. 3 Si el apetito es una potencia especial del alma (De Veritate, q.22)
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Opúsculos y cuestiones selectas, vol. 2 Ed. BAC, Madrid, 2003
CLAVES: Apetitos del hombre > Potencia apetitiva