RESUMEN:
Santo Tomás, como Aristóteles, renuncia a definir el bien porque ve en él una noción primera; al preceder a las otras nociones, el bien no puede definirse por ellas. Es preciso, por tanto, contentarse con describir el bien por medio de los efectos que produce.
TEXTUAL:
p. 478, §.4 Santo Tomás, como Aristóteles, renuncia a definir el bien porque ve en él una noción primera; al preceder a las otras nociones, el bien no puede definirse por ellas. O si se quiere, la percepción del bien es una experiencia primitiva; ninguna otra puede explicarla. Es preciso, por tanto, contentarse con describir el bien por medio de los efectos que produce. He aquí cómo santo Tomás enuncia la cuestión: «Las realidades primeras no pueden ser expresadas por otras que las precedieran, sino que se las expresa por lo que les es posterior, como las causas gracias a sus efectos. El bien, siendo lo que mueve al apetito, se describirá por el movimiento del apetito. Por eso (Aristóteles) dice que los filósofos lo han enunciado bien al decir que el bien es lo que toda cosa desea».[*]
*«Prima autem non possunt notificari per aliqua priora, sed notificantur per posteriora, sicut causae per proprios effectus. Cum autem bonum proprie sit motivum appetitus, describitur bonum per motum appetitus, sicut solet manifestari vis motiva per motum. Et ideo dicit, quod philosophi bene enunciaverunt, bonum esse id quod omnia appetunt» (I Eth. lect. 1).
FUENTE:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana, Ed.Eunsa, 2000 Pamplona CAPÍTULO XVII LAS INCLINACIONES NATURALES EN EL ORIGEN DE LA LIBERTAD Y DE LA MORAL
FUENTE AMPLIADA:
PINCKAERS, Servais: Las fuentes de la moral cristiana Ed. Eunsa, Pamplona, 2000 (1985)
CLAVES: Bien en general > Noción primera