Fusaro exalta a los grandes rebeldes contra el orden constituido que han existido: Prometeo, Espartaco, Lutero, los anabaptistas, Jordano Bruno, y así hasta llegar a Marx, Lenin, Martin Luther King, el Che Guevara y el movimiento No Global37. La historia de la humanidad, afirma, empieza por «el disentimiento de Adán y Eva ante el mandato divino que les impide comer del árbol de la ciencia: seréis como dioses». «Aquel disentimiento original pagado a tan alto precio permite al hombre ser verdaderamente hombre, alzarse con autonomía y libertad para labrar su propia fortuna, y superior a las demás criaturas en tanto que él solo está en situación de determinarse libremente con su propia acción responsable»38.
Según Fusaro, Adán y Eva, al igual que Prometeo «no dejan de enseñarnos la importancia del disentimiento, y después también, de un modo relacionado, que es preferible una condición de sufrimiento y suplicio (…) a una servidumbre sin esfuerzo y fatiga»39.
Son palabras terribles. Fusaro evita recordar que el primer gran rebelde, el incitador de la rebelión de Adán y Eva, el padre de todo disentimiento contra el orden constituido, fue Lucifer. Lucifer escogió y sigue escogiendo sufrir eternamente antes que depender de su Creador. Es preferible el sufrimiento y la muerte a la obediencia: tal es el mensaje de Fusaro, uno de los más conocidos exponentes de la teoría de la conspiración tecnocapitalista contra la cual incita a rebelarse en nombre de la filosofía de la praxis.
A la filosofía de la rebelión, la filosofía del disentimiento, la filosofía de la Revolución, cuyo primer inspirador es el Demonio, opongamos una filosofía de la obediencia a la ley de Dios que es vulnerada y ofendida en todo el mundo.
36 DIEGO FUSARO, Pensare altrimenti. Filosofia del dissenso, Einaudi, Turín 2017, p. 3.
37 Ibid., pp. 3-4.
38 Ibid., p. 13.
39 Ibid., p. 14.