RESUMEN:
La conciencia no es lo mismo que el consejo. El término "consejo" tiene dos sentidos: uno como la deliberación sobre los mejores medios para lograr un fin, y otro como la inducción o la persuasión que otro nos hace sin coacción para que hagamos algo. En el primer sentido, la conciencia, en cuanto que es la aplicación de la ciencia a la acción, necesita del consejo como del paso intermedio para elegir la acción más adecuada para lograr los fines [principios] hacia los que nos encontramos inclinados por la sindéresis. Por eso, la obligación de concienciencia no prescinde del consejo o deliberación. En cambio, si tomamos el consejo en el segundo sentido, como la inducción a hacer algo sin fuerza coactiva, entonces el cosejo se relaciona con la conciencia en cuanto que aumenta la ciencia de los principios de los cuales se nutre la conciencia para emitir su juicio.

TEXTUAL:
Arg. 2. Además, nadie está ligado a los consejos. Pero la conciencia es a modo de consejera, pues así se ve que la conciencia precede a la elección como consejo. Luego la conciencia no obliga.

Ad. 2 Al segundo ha de responderse que el consejo se dice de dos modos. Unas veces, el consejo no es otra cosa que el acto de la razón que inquiere lo que ha de hacerse. De este modo, el consejo es a la elección como el silogismo o la cuestión, a la conclusión, como consta en el Filósofo, Eticos III [Ethic. III, 8 (1112b20)]. Así entendido el consejo no se divide en contraposición al precepto, pues también nos aconsejamos de este modo acerca de lo que está preceptuado. Y sucede que alguien está obligado por tal consejo. [por ejemplo, cuando uno delibera sobre la mejor manera de cumplir un determinado precepto, y una vez decidido, se lanza a la acción cumpliendo el precepto]. En este caso el consejo se halla en la conciencia en cuanto a un modo de aplicación, a saber, cuando se inquiere sobre el actuar [por eso la obediencia NO PUEDE SER NUNCA CIEGA, SINO INTELIGENTE]. En otro sentido, se llama consejo a la persuasión o a la inducción a hacer algo que no tiene fuerza coactiva. En este sentido el consejo se divide en contraposición al precepto. De esta condición son las exhortaciones amistosas. La conciencia nace, a veces, de este consejo. Se aplica, a veces, la ciencia de este consejo a un acto particular. Ahora bien, como la conciencia sólo obliga en virtud de lo que se tiene en la conciencia, la conciencia que se sigue del consejo, no puede obligar de modo distinto a como obliga el propio consejo: se está obligado a no despreciarlo, pero no a seguirlo.

FUENTE:
DE AQUINO, Tomás: Opúsculos y cuestiones selectas, vol. 2 (Libro) , , Ed.BAC, 2003 Madrid LA CONCIENCIA, ARTICULO 3 Si la conciecia obliga De Veritate, q.17, art.3

FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Opúsculos y cuestiones selectas, vol. 2 Ed. BAC, Madrid, 2003