RESUMEN:
La conciencia es principalmente el acto por el cual aplicamos la ciencia a una acción propia. Y esto lo podemos hacer de tres modos: conciencia como toma de conciencia de que algo está pasando (y en este sentido, por ejemplo, decimos soy consiciente de lo que está sucediendo), o como juicio sobre una acción que debemos hacer a la luz de los principios prácticos, o como juicio sobre una acción que ya hemos hecho. La conciencia es en estos dos últimos entidos el acto propio del hábito de la sindéresis: es la proyección de la acción sobre los principios.
TEXTUAL:
Solución. HAY QUE DECIR: Propiamente hablando, la conciencia no es una potencia, sino un acto. Esto resulta evidente tanto si atendemos a su nombre como a las funciones que, hablando comúnmente, se le atribuyen. Pues la conciencia, originalmente, indica la relación de un conocimiento con una cosa. Ya que conciencia equivale a un CONSABER. Ahora bien, la aplicación de una ciencia a una cosa se efectúa a través de un acto. Por eso, atendiendo a la razón nominal, resulta claro que la conciencia es un acto. Lo mismo cabe decir examinando las funciones que se le atribuyen. Pues se dice que propio de la conciencia es dar testimonio, ligar o instigar, y, también, acusar, remorder o reprender: cosas todas que siguen a la aplicación de nuestro conocimiento a lo que hacemos. Esta aplicación puede hacerse de tres maneras: 1) Una, cuando reconocemos que hicimos o no una cosa, según aquello de Ecl 7,23: TU CONCIENCIA SABE QUE FRECUENTEMENTE HAS MALDECIDO A OTRO. En este caso, se dice que TESTIFICA. 2) Otra, cuando por nuestra conciencia juzgamos que algo debe o no debe hacerse. Entonces se dice que la conciencia INCITA o LIGA. 3) Tercera, cuando por la conciencia juzgamos que algo ha estado bien o mal hecho. Entonces, EXCUSA, ACUSA o REMUERDE. Ahora bien, es indudable que todo esto responde a la aplicación del conocimiento a lo que hacemos. Por lo tanto, propiamente hablando, la conciencia indica un acto. Sin embargo, porque el hábito es principio del acto, a veces se da el nombre de conciencia al primer hábito natural, esto es, la SINDÉRESIS, como hace Jerónimo 74 en la Glosa a Ez 1,6. Basilio [nota 75] lo llama facultad natural de juzgar. Y el Damasceno [nota 76] dice que es la LEY DE NUESTRO ENTENDIMIENTO. Pues se acostumbra a nombrar indistintamente por las causas o por los efectos.
FUENTE:
Tomás de Aquino: Suma Teologica, I [trad. BAC Maior, 2001] q.79, a.13, s.
FUENTE AMPLIADA:
DE AQUINO, Tomás: Suma de Teología, Parte Primera Ed. BAC, Madrid, 2001 (1273)
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