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BELAPERCHE: ¿Entonces, Kant y Tomás de Aquino tienen mucho en común?

SEDUARDUS: Tienen muy poco en común. Kant no pensaba en Dios, sino en la moral. Ten en cuenta que buena parte de los protestantes sustituyeron a Dios por la moral. El empeño de la segunda parte de su "crítica de la razón pura" es mostrar que existe un orden moral y universal y objetivo, y para ello diseña su teoría del imperativo categórico. En esta teoría se sirve de Dios para demostrar la existencia de un orden moral así. No es extraño que diversos estudios digan que Dios en la teoría de Kant es solo un parásito de la moral.

En Kant, el ser un fin en sí mismo es un dejar a cada ser humano la libertad necesaria como para que pueda descubrir por él, por sí mismo, pero según las reglas del imperativo categórico, lo que es correcto, y poderlo llevar hasta el final.

Él era un moralista, educado severamente en el pietismo, que dominó en algunas zonas del norte de Alemania. No parece que le importara especialmente Dios. Sino que lo que le movía era la consolidación del orden moral existente, que era la moral burguesa vigente en ese momento.