Todos desean a Dios, aunque sea confusamenteUna prueba indirecta de la vigencia de este axioma incluso en el nivel de los principios, la podemos encontrar en un texto sorprendente, también de la Prima Pars, unas cuestiones más atrás, donde argumenta que si hay un deseo natural de Dios, es porque, de manera confusa, hay también un conocimiento natural de Dios. En esa ocasión, Santo Tomás se enca...