Citas literales tomadas de mi lectura de KANT, Immanuel, Crítica de la razón práctica, 1788, (Ed. Fondo de Cultura Económica), trad. Dulce María Granja Castro)

La ley moral fruto de la razón práctica, que es la misma voluntad, no determinable según leyes de la naturaleza

[55] <97> Pero en el concepto de una voluntad ya está contenido el concepto | de causalidad, y, por ende, en el de una voluntad pura está el concepto de una causalidad de la libertad, i.e., una causalidad que no es determinable según leyes de la naturaleza y,

La razón del hombre le capacita para juzgar lo que es bueno en sí, con independencia del apetito

[62] <109> también. Pero el hombre no es tan totalmente animal como para ser indiferente a lo que la razón por sí misma dice y para usarla sólo como instrumento de satisfacción de sus necesidades en cuanto ser sensible, pues la razón no lo eleva en valor sobre la mera animalidad si ésta sólo le sirve para aquello que el instinto lleva a cabo en los animales; en tal caso la razón sería sólo una manera especial de la cual se ha servido la naturaleza para dirigir al hombre al mismo fin al que ha destinado a los animales, sin determinarlo a un fin superior. Así pues, el hombre necesita, según la disposición que la naturaleza ha puesto en él, de la razón para tener en cuenta siempre su bienestar (Wohl) y su malestar (Weh), pero además tiene la razón para un fin superior, a saber, no sólo para reflexionar sobre lo que en sí es bueno (gut) o malo (6d.se) —de lo cual sólo puede juzgar la razón pura, para nada interesada en lo sensible— sino para distinguir totalmente este juicio de aquel otro y hacerlo su condición suprema.

El concepto de lo bueno (Gutes) y lo malo (Bóses) no debe ser determinado antes de la ley moral (la cual, aparentemente, tendría que basarse incluso en ese concepto), sino sólo (como ocurre aquí) después y mediante ésta.

[63] <110>
el concepto de lo bueno (Gutes) y lo malo (Bóses) no debe ser determinado antes de la ley moral (la cual, aparentemente, tendría que basarse incluso en ese concepto), sino sólo (como ocurre aquí) después y mediante ésta.

La ley de la naturaleza como modelo o tipo para formar la ley moral

Comentario: En resumen, aunque las leyes de la naturaleza y la ley moral operan en esferas distintas (natural vs. moral), Kant utiliza la estructura y características de las primeras (universalidad y necesidad) como un modelo para entender y explicar la naturaleza de la segunda. Este paralelismo subraya su visión de que la moralidad, al igual que el mundo natural, se basa en principios racionales y universales.
[69] <122>
La regla de la facultad de juzgar bajo las leyes de la razón pura práctica es ésta: pregúntate a ti mismo si la acción que tienes en mente ocurriera según una ley de la naturaleza de la que tú mismo fueras una parte,
hace de esa ley de la naturaleza sólo el tipo de una ley de la libertad, porque si no tiene a la mano algo capaz de servir de ejemplo en los casos de experiencia, no puede proporcionar a la ley de una razón pura práctica el uso en la aplicación

La ley debe determinar la voluntad, no el bien

[72] <127>
Lo esencial de todo valor moral de los actos depende de que la ley moral determine inmediatamente a la voluntad. Si la determinación de la voluntad se efectúa en conformidad con la ley moral, pero sólo por medio de un sentimiento de cualquier clase que deba presuponerse para que la ley se convierta en un motivo determinante suficiente de la voluntad, es decir, si la acción no se produce por la ley misma, entonces tendrá legalidad pero no moralidad.

La naturaleza como fuerza que humilla al hombre frente a la sublimidad de la ley moral

[74] <132>
la ley moral humilla inevitablemente a todo hombre cuando compara con esa ley la tendencia sensible de su naturaleza. Aquello cuya representación, como fundamento determinante de nuestra voluntad, nos humilla en nuestra conciencia, despierta por sí mismo, en tanto es positivo y fundamento determinante, respeto
[81] <145>
En todos los juicios morales es muy importante prestar atención, con la mayor exactitud, al principio subjetivo de todas las máximas, para que toda moralidad de las acciones esté puesta en la necesidad de actuar por deber y por respeto a la ley, no por amor o por propensión a lo que con las acciones se pretende producir.

El ideal moral como independencia respecto a los determinismos de la naturaleza. Moralidad como personalidad, como señorío, independencia

[87] <155>
(la moral). No es otra cosa que la personalidad, es decir, la libertad e independencia del mecanismo de toda la naturaleza, pero considerada, al mismo tiempo, como facultad de un ser sometido a leyes puras prácticas que le son propias, es decir, dictadas por su propia razón,

La ley moral nos hace sentir la sublimidad de nuestra existencia supransesible

[88] <158>
De tal naturaleza es el verdadero móvil de la razón pura práctica; éste no es otro que la misma ley moral pura en tanto nos hace sentir la sublimidad de nuestra propia existencia suprasensible y en tanto produce subjetivamente en los hombres —que tienen al mismo tiempo conciencia de su existencia sensible y de la dependencia, relacionada con aquélla, de su naturaleza, en este sentido muy influida patológicamente- el respeto por su determinación superior.

La naturaleza es el imperio de la necesidad, del mecanismo

[97] <174>
Es precisamente por esto que a toda necesidad de los eventos en el tiempo, según la ley natural de la causalidad, se le puede llamar también mecanismo de la naturaleza, si bien no se entiende por esto que las cosas sometidas a ese mecanismo tengan que ser máquinas materiales reales. Se considera aquí solamente la necesidad de la conexión de los eventos de una serie temporal, tal y como ésta se desarrolla según la ley natural; llámese el sujeto en que ocurre este desarrollo automaton materiale, si la máquina es movida por la materia o, con Leibniz, automaton spirituale, si es movida por representaciones; pero, si la libertad de nuestra voluntad no fuera otra que esta última (por ejemplo, al mismo tiempo la psicológica y comparativa, no trascendental, es decir absoluta), en el fondo no sería mejor que la libertad de un asador giratorio que, una vez que se le ha dado cuerda, ejecuta sus movimientos por sí mismo.

Ley moral como ley de la libertad, independiente de la naturaleza

[124] <224>
la ley moral, como ley de la libertad, ordena mediante fundamentos determinantes que deben ser totalmente independientes de la naturaleza y de la concordancia de ésta con nuestra facultad de desear (como móviles);

Kant emula a los estoicos

[128] <230>
Por lo tanto, la virtud era para ellos [los estóicos] un cierto heroísmo del sabio que se eleva sobre la naturaleza animal del hombre
[159] <283>
del móvil que reside en la ley pura del deber como tal:
Esto bonus miles, tutor bonus, arbiter idem Integer; ambiguae si quando citabere testis // Incertaeque rei, Philaris licet imperet, ut sis Falsus, et admoto dictet periuria tauro:
Summum crede nefas animam praeferre pudori,
Et propter vitam vivendi perdere causas.94