HADJADJ, Fabrice: Por fin la naturaleza, dijo ella, en en AAVV: Qué es la naturaleza, Ed. Rialp, Madrid 2023 (la versión original Qu´est-ce que la naturae? Suivi de "enfin la nature!" dit-elle" es de 2022):

p. 81 Así, la planta, que supera al mineral, tiene necesidad de la tierra, del agua, del aire y del sol para la aparición de su forma. El animal necesita a la planta misma pero, por sus facultades sensibles, puede conocer su entorno, distinguir las figuras tangibles, olfativas, auditivas, visuales, y ya guardar en su memoria formas distintas de la suya. El hombre es el más dependiente de todos, pero es también el que puede conocer y acompañar a cada ser en el despliegue de su namraleza.

Escribe Santo tomás en la Suma Contra Gentiles:

"Los cueipos compuestos se mantienen por las convenientes cualidades de los elementos que los integran: las plantas se nutren de los cueipos compuestos; los animales, de las plantas; y así, lo más perfecto y poderoso con lo más imperfecto y débil. No obstante, el hombre se sirve de todo género de cosas para su utilidad. De unas, para comer: de otras, para vestirse. Por eso nace desnudo, como capacitado para procurarse el vestido con otras cosas; y tampoco encuentra ningún alimento dispuesto naturalmente para él, a no ser la leche, para que así trabaje en adquirir su comida. Y de otras cosas se sirve como de medios, pues en velocidad de movimientos y en resistencia para el trabajo es inferior a muchos animales, y eso le obliga a servirse de ellos para ayudarse. Y. por último, se vale de todas las cosas sensibles para perfeccionar su conocimiento intelectual. Por este motivo, en un salmo dirigido a Dios se dice del hombre: «Todo lo pusiste a sus pies»[[21] Tomás de Aquino. Suma contra Gentiles, III, 22. í].

p. 81 Coronando su escala de los usos con el conocimiento intelectual (en tanto que hombres, utilizamos ante todo seres sensibles para perfeccionar nuestra sabiduría —cosa que hace de una piedra, de la margarita o del león maestros espirimales en potencia, a tal punto que debemos decir «Judá es un joven león», «Dios es mi roca» o «Israel florecerá»—),